Hablar de Manic Miner a estas alturas es redundante, por lo mucho que se ha dicho y escrito sobre él a lo largo de los casi cuarenta años que lleva entre nosotros. Y no sólo eso, porque son tantas las versiones, variantes y mods publicados (la última hace nada) que prácticamente ya no hay lugar para que alguna noticia relacionada con el juego pueda sorprendernos.
Pero insisto en el uso de un adverbio (ese «prácticamente») que no implica negación total. Porque en efecto, aún queda resquicio para que algo tan trillado como Manic Miner nos pueda sorprender:
Lo que ven es una nueva variante del programa que juega (nunca mejor dicho) con una posibilidad mucho más realista que la del original. En virtud de la iluminación disponible, cuando uno se mete en una mina o similar no puede verla entera, sino únicamente el tramo o segmento iluminado por la linterna, lámpara o lo que sea que lleve encima. Por tanto, Manic Miner Darklight está más cerca de lo que en verdad supondría meterse en una mina inhóspita repleta de criaturas feroces.
Y por ello es, también, la versión más difícil del juego que se haya visto nunca. El sueño húmedo de quienes ya lo tienen tan dominado que pueden pasárselo con una mano mientras con la otra divierten al gato haciéndole perseguir una caña de juguete. Quienes consideren que el Manic Miner de toda la vida es para nenazas, encontrarán en esta nueva edición un reto a la altura. El resto, pobres mortales, tendrá que conformarse con ver vídeos como el que incluye este texto y flipar en colores como el que se acaba de tomar una tableta de ácido entera. Porque podría pensar que lo que está viendo es fruto de un colocón de drogas alucinógenas, pero es real: en el momento de escribir yo esto no han transcurrido ni diez días desde la publicación del mod y alguien ya se lo ha pasado por la piedra.