El pasado 13 de abril El mundo del Spectrum publicaba un interesante artículo sobre The Sentinel, juego tan raro en lo argumental como maravilloso en lo técnico. Y es que cuando este ejercicio de psicotronía llegó a las tiendas en 1986 / 87, la tercera dimensión revolucionaba el panorama de los videojuegos en Europa. Como si se tratase de una especie de “fenómeno Avatar” pero aplicado a microordenadores cutres en lugar de al cine, las 3D estaban de moda, y el reto para merendarse a la competencia consistía en exprimir trastos como el Spectrum como si de un kilo de naranjas se tratase, buscando hasta la última gota de zumo en forma de juego 3D más grande y más chulo que ninguno. Ahora que lo pienso, era algo así como el concurso Erecciones Generales de Almodóvar pero en versión 8 bits.
httpv://www.youtube.com/watch?v=SceELGrveAw
Sea como fuere, The Sentinel fue un juego rompedor que se atrajo tantas simpatías como antipatías. Es como la música de Frank Stallone, igualmente revolucionaria a su nivel y de la que no se puede opinar en un término medio: o te mola o te parece una puta mierda. Pues eso. Y por eso, y porque en 2007 The Sentinel cumplía veinte añazos, me animé a escribir una Leyenda sobre el susodicho que, ya puestos a rescatarla ahora, se complementa muy bien con el artículo de El mundo del Spectrum. Pero para saber cómo y por qué tendréis que leer ambos textos, claro. Ya tenéis algo con lo que hacer tiempo este finde mientras os preparáis para salir a tomar un copazo por ahí.