Aunque pueda parecer increíble a muchos, hasta hace escasos años Internet era una entelequia digna de ciencia ficción. Aquel invento, como la gran mayoría, tuvo origen e intención de uso militar pero acabaría dando el salto al ámbito civil, revolucionando nuestra sociedad hasta extremos que ni sus propios creadores pudieron pensar jamás.
Había vida antes de la “telaraña global”, por supuesto, aunque no era tan fácil como ahora en determinadas facetas. Donde seguro que más se ha notado la influencia de la Red es en la accesibilidad a la información. Sin entrar en lo buena o mala que pueda ser dicha información, la realidad es que cualquier fragmento del conocimiento humano está a nuestra disposición con un simple click de ratón, y el Spectrum no se queda al margen de esta norma.
Hace veinticinco o treinta años las cosas eran muy diferentes. Basta imaginarse un país como España, escasamente informatizado incluso para los estándares de la época, donde tener un ordenador en casa era un lujo sólo alcanzable para la clase media a base de mucho esfuerzo. Con apenas dos (sí, 2) canales de TV y una variedad relativamente pobre de otros medios de comunicación tal que periódicos o emisoras de radio, estar al corriente de las novedades sobre el mundo de los microordenadores domésticos era una labor titánica, incluso con la ayuda de las revistas especializadas que fueron surgiendo durante la década de los ochenta. Saber idiomas tampoco era una escapatoria convincente al cien por cien: en Inglaterra podía haber más y mejor, sí, pero estaba lejos de ser perfecto.
Con sólo dos canales para elegir, no extraña que hasta engendros como Verano Azul fuesen un éxito.
Sin embargo la necesidad obligaba y había que apañarse con lo que había, que como ya he dicho era más bien poco y en general también caro. El poseedor de un Speccy o de cualquier ordenador personal tiraba de ahorrillos para intentar estar en la onda, aunque fuese de vez en cuando. También yo, que como tantos otros críos lo ansiaba todo y tenía que enfrentarme a mis padres para obtener, por lo habitual, bastante menos. Eso y que me gusta coleccionar prensa fue lo que me animó a guardar como un tesoro las revistas que compraba. Ni que decir tiene que todo lo relacionado con mi querido Spectrum ocupa un lugar especial en esa colección, y que siendo esta una web dedicada al Spectrum había que dedicarle un hueco importante. Pues dicho y hecho: durante los próximos días iré subiendo un puñado de Leyendas dedicadas a ella. ¡No seáis rantanplanes y permaneced atentos a la pantalla!