Agosto, época vacacional por excelencia. O lo era hasta hace unos años, hasta que el maravilloso modelo económico neoliberal imperante «convenció» a las clases trabajadoras que era mucho más guay y molón escalonar las vacaciones. Por supuesto a conveniencia del empresario, que para algo hace favores dando trabajo a la gente ¡y además pagándola! Con eso y todo, agosto aún no ha perdido su cariz de «mes de vacaciones por antonomasia» pese a que ya queden muy lejos estadísticas como las que, a principios de los años ochenta, mostraban que más del 70% de la población veraneaba ese mes, con porcentajes mucho menores reservados a los freaks que preferían julio (¡o septiembre!) para desintoxicarse del veneno laboral. Desintoxicación que, por otro lado, solía durar un mes entero, con al menos quince días reservados para viajar al pueblo, a la costa o a donde se le antojase a uno.

«¿Mi lugar favorito para veranear? Argentina, porque en este momento allí es invierno». Totalmente de acuerdo, oiga.

Eran otros tiempos. Dejo a criterio de cada uno concluir si eran mejores o peores, pero indudablemente eran otros tiempos. Lo que no quita, insisto, para que agosto esté aún considerado como el mes de las vacaciones pese a los enormes cambios socioeconómicos que van camino de convertirlo en un mes más del calendario. Por ello agosto es el mes ideal para proponer alternativas de ocio, sobre todo teniendo en cuenta que mucha gente apenas puede salir de su casa aunque no tenga que acudir al trabajo, ya sea porque directamente no tiene dinero o porque considera, con buen criterio, que para cinco días libres (o pocos más) es absurdo montarse un viaje de esos en los que se visitan sitios en plan relámpago, haciendo honor a esta mítica tonadilla del gran Javier Krahe:

Total, que para esa mierda es mejor quedarse en casa jugando con tu ordenador retro. O con el emulador correspondiente, caso de que no dispongas del ordenador en tu domicilio. Ahora que durante este año se conmemora el trigésimo aniversario del Amiga 500, nada como sumergirse de cabeza en su inmensa programateca, rebosante de grandes títulos, y aislarse de todo. Tanto si conocéis este mítico ordenador como si no, el vídeo que viene a continuación os puede sugerir muchas formas de pasar un rato agradable puesto que aglutina imágenes de TODOS (repito: TO-DOS) los juegos disponibles para el Amiga. Una vez le hayáis echado el ojo a alguno solo os quedará buscarlo por ahí para después lanzarlo sobre un emulador como WinUAE, el mejor que existe para esta extraordinaria máquina. Y si no os apetece siempre podéis limitaros a disfrutar con el vídeo, cómo no.

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