No, no es cuestión de atiborrarse como un cerdo antes de salir de casa a partirse la cara con el resto del mundo dando las gracias por ello (porque trabajar es un privilegio, ya sabéis). Me refiero más bien a algo como esto:
Por si os interesa, podéis comprar esta preciosidad aquí. Vuestro desayuno diario no volverá a ser el mismo.