El pasado 4 de Marzo, y tras un par de intentos frustrados, pude al fin asistir en persona a MadriSX & Retro en su edición de 2006. Acudí acompañado por mi chica, muy interesada también en conocer de primera mano el mundillo de las computadoras antiguas, en el que ella también se fogueó aprendiendo nociones de pascal y BASIC con un CPC en el colegio. Y sólo podemos decir que la experiencia fue de lo más gratificante. Está claro que esto no es eso del CeBIT ni tampoco el SIMO, pero salvando las distancias MadriSX poco tiene que envidiar a eventos de supuesta mayor envergadura; más bien al revés, y desde luego es mucho más divertido. Detalles como el enclave elegido (fácilmente accesible y a dos pasos del transporte público), la magnífica organización y el buen ambiente reinante, colocaron este tinglado a un nivel muy destacable. Entre los pocos «peros» que podría ponerle, si es que se puede citar alguno, eché de menos un poco de espacio extra para colocar algunos expositores más, y desahogar un poco un recinto que por momentos recordaba al camarote de los Hermanos Marx. Fue una pena que el mal tiempo reinante estropease todo el día, porque de otro modo es seguro que habría acudido todavía más gente.
También fue una pena que nos tuviésemos que marchar antes de tiempo, ya que mi chica enfermó por culpa del frío. Una vez más se cumplió la máxima de que la primera vez que se hace algo casi nunca sale bien. Pero no hay mal que por bien no venga, ya que de este modo tenemos excusa para volver el año que viene (¿hace falta alguna?) y quedarnos hasta el cierre de puertas, que era lo que pretendíamos en principio.
De todas formas, lo más importante por encima de cualquier opinión personal, es la impresión general de que el retro computing sigue pegando fuerte. Los muchos visitantes que acudieron a la cita madrileña, llegados de todas partes de España, así como el elevado número de expositores y de actividades paralelas organizadas para la ocasión, demuestran la buena salud actual del vintage y que su poder de convocatoria va más allá de Internet y las descargas de videojuegos. Había incluso niños, que no perdieron la ocasión de jugar con las máquinas que disfrutaron sus padres más de veinte años. Eso sí, pocos, pues la mayoría de los asistentes frisábamos o superábamos la treintena. Sobre la feria se ha publicado hasta un artículo en Meristation; aunque es tremendamente flojo, ya que parece escrito por un niñato gorrero que pasaba por allí. Resultan vergonzosos ciertos comentarios del autor, dando a entender que antes de la Playstation aquí nadie sabía lo que era un sistema informático o un videojuego. Sin embargo tiene razón en una cosa: desgraciadamente, a la juventud actual que flipa con la última parida sobre tunnig en la videoconsola de turno, no parece interesarle otra cosa que no sea conducir a toda hostia por la carretera (aunque sea virtualmente) y meterla en cualquier agujero.
En resumidas cuentas, una cita muy interesante a la que esperamos volver el año que viene para disfrutarla en toda su plenitud, ya que este año, por las circunstancias antes citadas, se hizo todo un poco precipitado y nervioso. Pero fue un placer poder disfrutar de nuevo e in situ de un ambiente que hacía muchos años que no saboreaba de esta forma, así como tener la oportunidad de conocer personalmente a algunos de los miembros más famosos y respetados del panorama «vitagenario» español, tal que Beyker y Tony Brazil, sin cuyo inestimable y desinteresado esfuerzo este mundillo no sería lo que es.
¡Un abrazo a todos y hasta el año que viene!
Leer MadriSX & Retro 2006: Más vale tarde que nunca.
Mi novia comentó sobre estos elementos: «Me los esperaba más frikis». Prefiero no imaginar qué demonios esperaba encontrarse. Las camisetas molaban mil, eso sí.