En un hilo de las news de ECSS dedicado al Death Wish 3, se acabó tocando el tema de la violencia en los videojuegos; tema que, como puede verse merced a este artículo de Microhobby, viene suscitando polémicas desde que el software de entretenimiento existe como tal. Si bien me parece que la redacción del artículo es un pelín amarillenta, no es menos cierto que en él se dicen verdades como puños, y que tras leerlo uno se da cuenta de que algunas cosas no han cambiado mucho, al menos en lo que se refiere a los videojuegos y la visión que de ellos tiene cierto sector, generalmente reaccionario, de la sociedad. El pernicioso adoctrinamiento religioso-moralista que recibimos desde la cuna hasta la tumba no deja de mostrar sus efectos, resultando que para los jóvenes es más lesivo ver en TV a una pareja echando un buen polvo que ver imágenes de una masacre en Irak a la hora de comer. Será que contemplar trozos de carne humana desperdigados en cientos de metros a la redonda alecciona a la juventud sobre los peligros de la violencia.
Así vieron desde El Jueves a Pedro Piqueras, paradigma del «periodismo informativo» (?) en la televisión generalista española (2008).
En vista de lo que ocurre en nuestra suciedad, cada vez más parecida a la que retratan películas como esta, resulta absurda la demonización a la que se ven sometidos los videojuegos de carácter supuestamente violento, siempre dejando a un lado posibles intereses económicos de los creadores de estos juegos, a los que cierta publicidad gratuita casi nunca viene mal. Tristemente, cuando en ciertos medios de comunicación (?) se habla de videojuegos y de sus ponzoñosos efectos, nadie parece caer en la cuenta de que el verdadero problema no son los videojuegos en sí, sino la educación que reciben los adolescentes por parte de sus padres. Las idiotizadas parentelas de la generación cani (antes bakala) han dejado la educación de sus vástagos en manos de la TV y la videoconsola, llegando al extremo de responsabilizar por completo de la tarea al mismísimo Estado, que para algo se vota cada cierto tiempo aunque sea a los mismos de siempre. Por añadidura resulta mucho más fácil prohibir que educar, y si hay que prohibir algo es mejor que lo prohíba el Estado Todopoderoso.
Escuela de futuros delincuentes y asesinos de masas.
Nunca he negado ni negaré que me gustan los videojuegos con un alto componente de violencia. De hecho, dos de mis juegos favoritos de todos los tiempos son DOOM y GTA Vice City, este último tachado incluso de “racista” por determinados colectivos de retrasados mentales. Me he pasado con ellos horas y horas de diversión en la intimidad de mi cuarto, y sin embargo aún no me ha dado por disparar a nadie o patearle la cabeza a un inmigrante sin motivo alguno. ¿Por qué? Pues entre otras cosas porque mis padres se molestaron en “controlarme” y en enseñarme en todo momento dónde estaba la frontera entre ficción y realidad. Con 14 años, cuando descargaba adrenalina masacrando a policías y prostitutas jugando con el Death Wish 3, ya tenía una idea clara de lo que suponía la violencia y de sus efectos. Y no digamos ya ahora, bien superada la treintena. No basta con que el chico sea una persona “normal” porque incluso un chico “normal”, por muy perspicaz e inteligente que sea, no puede educarse a sí mismo. Hay que ilustrarle, guiarle, y desde luego no es tarea fácil. Pero resulta más cómoda una actitud pasotil ante el delicado asunto de la educación de los hijos. Y de presentarse algún problema siempre es más cómodo cargarle el mochuelo a otro.
El presidente de Rockstar North desvela su personalidad secreta.
Recordemos por ejemplo el caso del asesino de la katana, sobre cuyo comportamiento parecía más responsable la afición del chaval por el Final Fantasy que el hecho de que estuviese como una chota, y nadie se hubiese molestado en poner remedio a tiempo. Tampoco podemos olvidar a los mass media de mierda, muchos controlados por el Estado o por personas afines al poder, a quienes produce pánico el mundo de libertades que representa la posesión de un ordenador, más desde que existe Internet. Baste decir que algunas “mentes preclaras” abogan porque en el futuro el acceso a la Red sea limitado, únicamente para personas autorizadas tras un cuestionario como el que se ha de rellenar para adquirir una licencia de armas (!). Todo sea por mantener a la gente controlada y aborregada; porque eso es lo que quieren los poderes políticos y económicos, cada vez más ligados entre sí, y más próximos al poder informativo. A estos poderes no les interesa crear librepensadores, sino mulas descerebradas que curren por cuatro perras sin protestar. Y si alguien se sale del rebaño no pasa nada: siempre se le podrá echar la culpa a los videojuegos de turno y a su negativa influencia.
Ahora mismo me pongo a pegar tiros al Modern Warfare 2 . Como te pille online te vas a cagar. La primera en la frente, jejeje. Saludos.
Hola a todos,
en este orden de cosas, es curioso ver cómo cadenas como Antena 3, antaño detractora de todo lo que se pudiese ejecutar en un ordenador por ser la causa más que probada de autismo, drogadicción, pecas en los mofletes, asesinatos, sodomía y comunismo en la juventud, hoy en día dan como noticia la salida al mercado de tal o cual videojuego… Intuyo que ellos o el grupo mediático al que pertenezcan, tendrán algún tipo de participación en la industria. Es triste ver cómo la opinión cambia dependiendo de quién te paga. Por lo demás, genial volver a releer el artículo, como siempre.
Salud
Vulcano: Jajajaja. Por desgracia no tengo en casa el pepino necesario para jugar con MW2… Creo que tendré que conformarme con Quake III, a lo sumo, pero con gusto aceptaría el reto ;-).
Óscar: Antruño 3 siempre ha sido veleta mercenaria especialista en moverse al son de quien más le paga. Que nadie se engañe, que todas las cadenas de TV, como empresas que son, hacen lo mismo en mayor o menor medida; pero lo de esta chusma es el no va más, oigan, y como muestra un botón:
http://www.kromosomos.net/archivo34.html
El meollo del asunto está al final, en el apartado «contactos con tacto». Pues eso.
La gente de ciertas generaciones no comprende y por tanto teme todo lo que viene de la tecnología, de ahí al sensacionalismo barato de la televisión. La Tele Basura hace mucho más daño que cualquier videojuego.