De un tiempo a esta parte, Vicisitud y Sordidez se ha convertido en página de visita obligada para mí. Conocí la web (y a su principal mentor, el insigne Paco Fox) por obra y gracia de Viruete y de mi asistencia a la Monstrua de cine chungo, que él organizó junto con otros prohombres dados a coleccionar aneurismas visionando películas no ya cutres, sino realmente cutres.
De vez en cuando dedico mi tiempo libre a escudriñar las catacumbas de la página, a la caza de artículos que todavía no he leído. Y enfrascado en ello se pueden encontrar maravillas como esta, que hace un recorrido, sórdido evidentemente, por una parte muy especial del catálogo de juegos para el Spectrum; demostrando de paso, y como yo suelo decir siempre, que la nostalgia gratuita “porque sí, porque éramos chavales y entonces todo era guay” es muy peligrosa. Vamos, que el 99 % de los juegos de Spectrum eran una puta mierda, y que jugar con ellos hoy día, aunque en su momento nos comieran el coco vendiéndolos como el no-va-más, equivale a verse un capítulo de Dragones y Mazmorras o El gran héroe americano, series que en la actualidad producen auténtica vergüenza ajena (cuando no algo peor) a cualquiera con dos dedos de frente.
«La mayoría de mis cintas las guardo aquí».
El artículo es largo, de esos que recomiendo imprimir para leérselos en el Metro o el autobús de camino o a la vuelta del curro. Pero os garantizo que lo vais a pasar de miedo leyéndolo, comentarios incluidos. ¡No os lo perdáis por nada del mundo!
¡Gracias por el enlace! Da mucha satisfacción ver que hay gente que se dedica a bucear en artículos pasados. ¡No sabía que nos habíamos visto! A ver si este año se hace otra Monstrua.
Gracias a vosotros por vuestra «jrandiosa» peich. Y sí, a ver si por ventura se hace otra Monstrua, que la primera moló un millón.