Controlador Doméstico
Creo yo que es una obligación iniciar este repaso mencionando el que tal vez sea el más extraño de todos los periféricos que tuvo el Spectrum. Fabricado en España a partir de 1983 por la empresa MHT Ingenieros (autora del mítico Gunstick) y comercializado por Indescomp, este peculiar chisme se utilizaba para manejar a distancia pequeños electrodomésticos. Para ello disponía de una serie de canales entrada / salida que, controlados mediante un programa, enviaban impulsos eléctricos a los aparatos que estuviesen conectados a él mediante su correspondiente cable. De este modo era posible, por ejemplo, encender y apagar las luces de una casa dentro de un margen de horas prefijado. O montar un sistema de alarma para el hogar, dispuesto a saltar si alguien abría una puerta o una ventana. Todo ello a través de un simple Spectrum. Y ahí residía su principal problema: el Spectrum era cualquier cosa menos fiable, al menos en sus primeros modelos, y era famosa su tendencia a ponerse como una parrilla tras varias horas en marcha. Contando con que el ordenador debía permanecer siempre encendido para que el controlador funcionase, ¿alguien se imagina yéndose dos semanas de vacaciones y confiando la seguridad de su hogar a un Spectrum? ¿Y qué ocurre si se va la luz o el ordenador se cuelga por cualquier motivo? Eso basta para explicar que semejante finstro de periférico quedase reducido al nivel de mera curiosidad, aunque tampoco le faltaron seguidores sobre todo entre los aficionados a la robótica.
Tenéis más información y fotos aquí.
Ejemplo de lo que se puede hacer con un Controlador Doméstico y algo de imaginación.
Joystick programable
Cuando el Spectrum salió a la calle, sólo los muy tarados se negaron a ver lo evidente: que era ideal para los videojuegos. Hoy día, desplazado por los pads tipo Playstation, el joystick ha quedado como algo para adictos a los simuladores de vuelo, pero en los 80 era el periférico para jugones por antonomasia y más para los poseedores de un Speccy, que enseguida se dieron cuenta de que resultaba una necesidad imperiosa más que un capricho, so pena de acabar destrozando el frágil teclado del aparato.
Sin embargo hubo que esperar un tiempo para que se pudiese jugar con joystick en muchos juegos comerciales, y resultó que no había una norma única para comunicar este periférico con el Spectrum. Surgieron hasta tres sistemas, cada uno nombrado en razón de la empresa que lo diseñó (Kempston, Protek y la propia Sinclair), que convivieron / pugnaron en el mercado a partir de entonces. Aunque la batalla acabaría ganándola Kempston, finalmente casi todos los juegos de renombre incorporarían las tres opciones. Pero entretanto el usuario se veía en la tesitura de elegir un interfaz para conectar su mando con el ordenador sin tener la seguridad de poder utilizarlo en muchos de sus juegos. Surgieron así los interfaces de joystick programables, que permitían jugar a todo.
Pese a ser compatible con casi todos los sistemas de ocho bits de su época, el Spectrvaideo Quick Shot I se convirtió en un clásico para el Spectrum.
Sobre este tipo de artefactos ya he comenté algo en una ocasión anterior, por lo que no voy a extenderme más en ellos. Pese a sus teóricas bondades estos interfaces no lograron demasiada difusión, no solo porque la norma Kempston pronto se impondría como estándar, sino porque hasta las casas de software más pequeñas no tardaron en incluir en sus productos la posibilidad de jugar con cualquier tipo de joystick desde el menú de opciones. Por añadidura, al mismo tiempo que los interfaces programables surgieron aparatos como el Interface Multijoystick de Indescomp, compatibles con todas las normas con tan solo pulsar un botón y mucho más sencillos y asequibles.
Teclados profesionales
El periférico para Spectrum más vendido después del joystick, y eso pese a su alto precio como norma. Algo que no debería sorprender a la vista del mítico pero trapero teclado de los primeros modelos del ordenador. Hoy día ese teclado ha alcanzado rango de icono pop, pero hace treinta años era motivo de chanzas y de vergüenza para quienes tenían que lidiar a diario con él. De todos los defectos acaparados por el Gomas, que eran muchos, la mala calidad y la incomodidad de su teclado era el que más disgustaba a los usuarios, por lo que no tardaron en proliferar “soluciones profesionales” para sustituir ese teclado por otro a la altura de máquinas más serias. Pocos que no conozcan la historia de los ordenadores domésticos podrán imaginarse el calvario que, salvo excepciones, suponía el montaje del nuevo teclado. A pesar de que las instrucciones, muchas veces incompletas y / o sin traducir, insistían en la “facilidad de montaje”, más de un comprador regresaba a la tienda al día siguiente con el Spectrum despanzurrado en el interior de una caja. Por ello algunas tiendas acabaron ofreciendo un servicio de taller (abonado aparte, desde luego) para montar el conjunto y entregarlo al comprador perfectamente ensamblado y comprobado.
No era descabellado pensar que esto pudiese ocurrir de verdad (caricatura de José Carlos Tomás para la revista ZX).
La edad de oro de estos cachivaches duró hasta más o menos 1986. Por entonces los nuevos modelos de Spectrum, mucho mejor fabricados, ya copaban la práctica totalidad de las ventas. Aunque todavía se vendía algún teclado que otro (por esa época un colega mío se compró de oferta un Saga 1 Emperor), la venta de estos artefactos decayó enseguida: si tenías un Gomas en casa y el teclado se rompía, antes que ponerle otro salía más a cuenta comprar un +2 completamente nuevo. No obstante, hasta que llegó ese momento hubo tiempo para que al menos una docena larga de empresas ofreciese su correspondiente teclado mejorado para Spectrum. El más popular fue sin duda el fabricado por DK´Tronics, inicialmente diseñado para el ZX-81 y de aspecto realmente basto, pero que funcionaba muy bien y tenía un precio bastante aquilatado para lo que era habitual. Los más pijos tenían a su disposición las propuestas de Saga y AMSL con su Lo-Profile, que podían doblar en precio al DK pero sin que por ello fuesen mucho mejores. Sin embargo, por su especial bizarrez a nosotros el que más nos interesa es el Teclado Multifunción I comercializado por Indescomp. Sus deficiencias forzaron la aparición de una nueva versión… que fue puesta a la venta con el mismo nombre (será que pintar otro palote en la carcasa para poner “II” en lugar de “I” salía muy caro). Aunque las teclas tenían un diseño algo diferente, un usuario poco avezado tenía difícil distinguirlo del anterior. Así, sin saberlo, muchos compradores se llevaron a casa el modelo antiguo y se lo tuvieron que comer con patatas. Sólo en España podemos encontrar historias tan divertidas.
Primera versión del Teclado Multifunción de Indescomp, buen ejemplo de ética empresarial española: por un precio mayor que el de un Saga 1 te llevabas a casa un truño que nunca funcionaba del todo o se rompía al poco tiempo (foto: revista ZX) .
El enorme tamaño del teclado Lo-Profile seguramente obligó a más de un comprador a cambiar de casa.
Clásico teclado DK´Tronics recién desembalado y con sus teclas en blanco. Sí, había que poner en cada tecla su correspondiente pegatina con la letra (foto: revista ZX).