Ha sucedido, lo he vuelto a hacer: tras mi colaboración en el número 9 de la revista RetroWiki, donde dejé para la posteridad un artículo dedicado a los videojuegos de Terminator, José A. González, uno de los gestores de la publicación, me preguntó si deseaba repetir aquella divertida experiencia en el número siguiente escribiendo algo sobre El coche fantástico, otro icono de los ochenta (esta vez a nivel televisivo) con reflejos en el mundo de los videojuegos. Acepté y el resultado ya puede observarse en las páginas centrales del número 10 que llega calentito, recién salido del horno para contribuir a nuestro asueto durante la inminente época navideña con una pléyade de interesantes contenidos. Ahora les toca a ustedes juzgar si mola tanto o más que el anterior. O menos, que también podría ser, aunque francamente espero que no.

De forma involuntaria, porque acabé de escribirlo semanas antes de publicarse la noticia, el artículo se ha convertido en un homenaje (o quizás no) a quien fuera artífice de la serie, Glen A. Larson, fallecido en noviembre de este año 2014 en el más absoluto anonimato. Que el deceso apenas haya trascendido en los medios demuestra hasta qué punto es historia el revival de los 80 que tan de moda estuvo hace algún tiempo, y que llevó a reivindicar hasta el absurdo una década tristísima marcada por retrocesos en todos los ámbitos económicos, políticos y sociales. Algo que indefectiblemente se reflejó en la cultura, donde la exaltación de la mediocridad se convirtió en norma imperante dentro de un contexto de adoctrinamiento generalizado que perseguía aborregar a las masas, y del que El coche fantástico constituye un claro ejemplo. Con independencia de limitaciones técnicas y otras zarandajas, era difícil que un producto mediocre no diese lugar a videojuegos igualmente mediocres. Y efectivamente, así fue.

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