En esta web siempre hemos tenido un cariño especial por el QL, que es algo así como el Atlético de Madrid convertido en ordenador. Sus singularidades (comenzando por su preciosa estética) y su fracaso final acabaron haciendo de él un pequeño clásico, pero si algo lo encumbró entre la gran masa de aficionados a la informática fue el hecho de haber sido el primer ordenador propiedad de Linus Torvalds, el creador de Linux. Al igual que la mayoría de sus coetáneos, el QL era difícil de programar, y sacarle todo el partido de que era capaz sólo estaba al alcance de un puñado de elegidos. Y el bueno de Linus se encontraba entre ellos.

A través de Qblog me entero de que en CyberHades han publicado un artículo sobre los inicios de Torvalds con el QL. El texto es más que interesante y merece la pena leerlo, porque desgrana a conciencia las aptitudes de un chaval que, con sólo diecisiete años, fue capaz de exprimir la máquina de Sinclair hasta límites que la mayoría no había logrado alcanzar, dando como fruto el embrión de lo que más tarde sería Linux.

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