Hace unos pocos días pude probar por fin Speccy, el nuevo emulador de Spectrum creado por Marat Fayzullin, un tipo cuyo amplio historial en esto de la emulación hacía concebir esperanzas de un producto esmerado y cuidado hasta en los detalles más nimios. Y la verdad es que Speccy resulta un pelín decepcionante en el sentido de que no aporta nada que le haga destacar sobre otros emuladores de Spectrum para PC, y desde luego se queda muy por detrás de las dos opciones más populares para Guarrindows, Spectaculator y EmuZWin. De todos modos no sería justo pasar por alto las virtudes de Speccy, que las tiene en número suficiente como para pensar que, a fin de cuentas, no estamos más que ante la versión 1.0 de un programa sumamente prometedor, destacable por su suavidad de funcionamiento y su configuración «a prueba de tontos» que permite montarnos nuestro «Spectrum a medida» de forma muy rápida y sencilla. También me ha gustado mucho la importancia que se le ha dado al apartado sonoro, el cual deja elegir entre una amplia gama de opciones de reproducción / grabación. Para finalizar, el modo de pantalla completa ofrece una muy buena calidad de imagen y deja la barra de menús a la vista, cosa que creo no es posible hacer ni en el Spectaculator 5 ni en el EmuZWin sin que la imagen se distorsione.

No deja de sorprenderme que sigan saliendo nuevos emuladores de Spectrum para Windows, un espacio retroinformático totalmente sobrecargado en el que ya resulta muy difícil, desde hace tiempo, ofrecer a los usuarios algo que les haga decantarse por tu emulador en lugar de otro. El Spectrum es el ordenador más emulado del mundo, algo que también sorprende si tenemos en cuenta que pese a su enorme éxito y difusión, sobre todo en Europa, nuestro querido aparatito se queda lejos de otros aún más difundidos que él en su día. Nos guste admitirlo o no, máquinas como el Apple II o la mítica Atari 2600 (de la cual se han estado vendiendo clones hasta hace poco tiempo) alcanzaron un nivel de ventas muy superior al del micro de Sinclair. Sin embargo, cualquier recién llegado a esto de la emulación podría entender todo lo contrario, a la vista de la enorme diferencia de oferta existente para emular unas máquinas u otras. Sin ir más lejos, ahora mismo sólo puedo recordar la existencia de uno o dos emuladores de Apple II o de la Atari 2600 para Windows; empero, para el Spectrum se cuentan alrededor de una veintena sólo para esa misma plataforma, tanto gratuitos como de pago.

¿Razones? Hablo desde el desconocimiento que tengo del mundillo más allá de lo referente al Speccy, pero podría deberse a que el vintage y la emulación son movimientos prioritariamente europeos. Siempre me ha parecido que en los USA hay poco interés por revivir el pasado, pese a que aquel país es el padre de la informática doméstica. En Japón la gente es algo más nostálgica, pero allí se tiende más al remake y a la reedición de viejos éxitos, reescritos para funcionar en exclusiva sobre plataformas de nuevo cuño (los juegos antiguos publicados para Nintendo Advance y DS son un ejemplo). A los europeos, sin embargo, nos gusta ver funcionando nuestros viejos cacharros sobre potentísimos artefactos de última generación, y atesorar enormes colecciones de estas antiguallas da igual que funcionen o no. Algunos de los mayores y más importantes coleccionistas de retroinformática son europeos. No deja de resultar algo realmente curioso, pero yo me alegro sinceramente. Y conmigo muchos otros, que ven los emuladores como una manera de revivir temporalmente algunos de sus mejores momentos de la niñez. Para muchos de nosotros el Spectrum era un amigo más con el que pasar buenos ratos, sin desmerecer a los de carne y hueso. El Spectrum, «el ordenador pop por excelencia», tenía todo el aspecto e irradiaba toda la simpatía de un niño pequeño. Era un ordenador con una personalidad y un carisma nunca igualados. Salió además en el momento adecuado, en el que la informática doméstica era cosa de niños en Europa (los ordenadores los compraban los padres, pero la inmensa mayoría de usuarios eran simples colegiales). Tal vez por todo ello dejó una huella tan indeleble, y de ahí esa maravillosa «inundación» de emuladores de Spectrum en Internet. Bienvenida sea, y que siga.

«Mi mejor amigo, sin duda».

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