Hará cosa de un año por estas fechas, nos hacíamos eco de un singular juego que estaba llamando la atención en Steam. Tanto como para merecer un hueco en la tienda on line de videojuegos más grande e importante del mundo. Caracterizado por su factura independiente pero sobre todo por su aspecto, claramente inspirado en la fabulosa versión para Spectrum de R-Type, Z-EXemplar se pone al fin a la venta tras un largo periodo en desarrollo, durante el cual hubo titubeos que amenazaron con dejar inconcluso el proyecto. Afortunadamente no ha sido así.

No voy a entrar en detalles sobre el juego porque lo dicho en su momento me valdría también ahora. Estamos ante un matamarcianos diseñado al más puro estilo ochentero que homenajea toda una época, pero especialmente una máquina (el Spectrum, claro) a la que parecía imposible exprimir hasta el nivel mostrado por la susodicha conversión de R-Type, llegando a eclipsar en popularidad, con los años, a la recreativa original. Z-Exemplar es un buen juego y merece ser bien recibido sobe todo tras las vicisitudes que han afectado su gestación, pero llega con tres lastres de peso. Si me apuráis, lo de menos es que aún no esté disponible la prometida versión para Android (y nada indica que vaya a estarlo en breve). Más problemáticos son los requisitos de hardware, por mucho que se correspondan a un PC tecnológicamente superado hace años.

httpv://www.youtube.com/watch?v=D2IhYXtkYJ4

Pero lo peor de todo es sin duda el precio de venta, que por un céntimo no llega a trece euros y algunos podrían entender, no sin razón, como desmesurado teniendo en cuenta lo que recibimos a cambio. Para entender esto último, y por comparar con un producto más o menos en la misma linea (remake para PC de un clásico del Spectrum y otros ordenadores de ocho bits), por menos de veinticinco euros es posible adquirir la edición básica de Elite Dangerous, que por ese dinero ofrece muchísimo más de lo ofrecido en Z-Exemplar por trece. Y si estamos dispuestos a rascarnos el bolsillo para adquirir ediciones con más «chicha», mejor ni hablamos. En definitiva, la relación entre lo que pagas y lo que te llevas a cambio pone a Z-Exemplar en desventaja, quedando circunscrito a los nostálgicos del Speccy más freaks. Tal vez sus creadores solo pretendían eso, y hasta es posible que hayan intentado ponerlo a la venta más barato sin conseguirlo, pero es una auténtica lástima.

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