Un año más, y ya van… muchos, llegó RetroMadrid, la feria sobre informática clásica más importante del panorama español. Llegó y pasó, dejando tras de sí opiniones encontradas sobre la misma, como suele ser lo habitual en cualquier evento masivo que se precie. Y a fe que éste lo es. O empieza a serlo, merced a los más de 1100 visitantes registrados que se pasaron por el Centro Cultural El Greco durante el día 14 de marzo de 2009. Una cifra que casi dobla la registrada en la edición de 2008, y que demuestra que el fenómeno de RetroMadrid, con sus cosas buenas y malas (que también las hubo, para qué nos vamos a engañar) crece a muy buen paso. Y de eso debemos congratularnos todos.

Foto extraída de Retromadrid.org

Una edición para recordar

La primera impresión que tuvimos mi novia y yo nada más atravesar la puerta del recinto de exposiciones y recoger nuestras respectivas entradas, fue la de que los organizadores parecían haberse leído el artículo que El Spectrum Hoy dedicó a la edición anterior. Con la entrada se entregaba un pequeño folleto con un plano de la feria y una descripción, escueta pero suficiente, sobre cada expositor y sus respectivos contenidos y eventuales novedades. Si a esto le unimos el hecho de que muchos expositores colocaron pequeños carteles con una somera descripción de lo que mostraban al público (la palma a este respecto se la llevó el stand de ViejuNET, que utilizó un sistema de pequeñas pantallitas electrónicas bastante chulo), no cabe duda de que la mejoría en este sentido fue muy notable. Estoy convencido de que muchos visitantes “casuales” agradecieron el detalle del folleto, que hacía innecesaria la visita a la web de la organización para conocer, aunque fuera de un modo básico, de qué iba todo aquello y lo que allí había metido.

El otro punto positivo a tener en cuenta es que el Spectrum perdió el peso específico que había tenido hasta ahora en el certamen. Puede parecer contraproducente que desde una web como El Spectrum Hoy  juzguemos esto como “positivo”, pero así es. Centrar año tras año esta feria en los 8 bits y particularmente en el Spectrum le había dado, en mi opinión, un carácter “reiterativo” que no le estaba sentando nada bien. El “esto ya lo he visto” del año pasado obligaba a la organización a replantearse ciertas cosas, y parece que efectivamente lo hicieron. Otra cosa es que dicho replanteamiento se haya hecho bien: relegar al Speccy a un minúsculo cuartucho anexo al pabellón central no acabó de gustarnos ni mucho, ni poco, ni nada. Aquel cuartucho, que además alojaba los espacios reservados al Rastrillo, el Museo 8 bits y el de la propia organización, era claramente insuficiente para acoger todo el material, las novedades expuestas por las casas de software dedicadas al Spectrum… y la gente que allí se congregó. Los  organizadores decidieron otorgar la “almendra central” del centro de exposiciones, tal vez el hueco más prominente, a un stand conmemorativo de los 25 años transcurridos desde el lanzamiento del Mac y nuestro querido QL. A priori la idea era muy buena, suponiendo que sus intenciones fuesen las de otorgar más peso a esta conmemoración y darle la importancia que se merecía, remarcando de paso el carácter “multidisciplinar” del certamen, pues insistimos que no sólo del Spectrum ha de vivir RetroMadrid. Por desgracia, el tiro les salió por la culata y de qué manera.

Crowded House o el camarote de los Hermanos Marx. El horror, nenas y nenes.

La enorme afluencia de gente que recorría el resto de los stands y el “cuartucho” anexo contrastaba radicalmente con el aspecto solitario y desangelado que ofrecía el stand central. ¿No hubiera sido más lógico dejar a los fans del Spectrum el hueco central, montando el “Área aniversarios” en el pequeño cuarto anexo? A fin de cuentas aquel zulo estaba nada más entrar en la feria, y habiendo colocado un cartel llamativo del estilo de “25 aniversario del Mac y el QL. Celebra aquí su cumpleaños”, la cosa habría quedado lo bastante aparente y llamativa como para no desmerecer frente al resto, pues además el espacio disponible habría sido más que suficiente para la ocasión. Tampoco olvidemos que el Spectrum sigue siendo el ordenador vintage con el grupo de seguidores más numeroso y activo de la retroescena española. Tal y como estaban montadas las cosas, hasta que no llegó la hora de comer fue prácticamente imposible entrar en un espacio que era insuficiente para toda la gente que allí se congregó. Algo que se repitió después, y que hizo que nuestro paso por aquel lugar fuese prácticamente visto y no visto. Era como haber organizado aquello en el salón de mi casa.

El QL debería ser la nueva mascota del Atlético de Madrid

Los aficionados al fútbol siempre han considerado al Atlético de Madrid como un club “pupas”, destinado siempre a hacer cosas grandes, pero potencialmente sufridor y desventurado. Pues bien: el QL, en su parcela, no le va a la zaga. Esta máquina nació con la vitola de caballo ganador hasta que las desgracias (por mal proceder de Sinclair o por simple mala suerte, da igual) se cebaron con él y lo hicieron fracasar. Todavía hoy, transcurridos ya veinticinco años desde su salida al mercado, el pobre QL sigue sin ganar para sustos, hostias o lo que se tercie (de malo, por supuesto), y pudo verse una clara demostración en RetroMadrid 2009: los hados confabulados contra el QL desde su nacimiento, transformaron lo que tenía que haber sido una celebración por todo lo alto en una triste mesa con un cartel patatero pegado con celofán, sobre la que alguien colocó un QL (en perfectas condiciones y extremadamente limpio, eso sí, hasta el punto de que parecía recién desembalado) y lo dejó funcionando.

El QL va a inspirar una nueva sección de Muchachada Nui titulada Soy un desgraciao, en el que una caricatura de este aparato mantendrá conversaciones trascendentales e introspectivas con yonkis, macarras y otros deshechos, incluyendo socios del Atleti.

El hecho de que no hubiese nadie a cargo de dicha mesa (o, si lo había, se fue a tomar unas cañas y se olvidó de volver), unido a que dicha mesa estaba colocada en pleno centro de la feria junto a la destinada a los Mac, bien visible desde todas partes, ofrecía como resultado un panorama descorazonador. De vez en cuando alguien se aventuraba a toquetear el aparato, limitándose casi siempre a pulsar a lo loco una pocas teclas como para “ver qué coño es esto y qué tacto tiene”. Y ya. Como muestra de lo triste que fue aquello, un botón: el cutre-cartel que anunciaba a los visitantes que lo que allí había era un QL se despegó de la mesa, y estuvo tirado en el suelo durante un buen rato hasta que servidor de ustedes (sí, yo mismo, el que esto escribe), harto de ver aquello, tuvo que acercarse hasta la mesa para volver colocarlo en su sitio. Sobran comentarios, me temo.

Marcianitos.org: lo mejor y lo peor en un solo stand

Todo lo que le faltó al desdichado QL le sobró a la gente de Marcianitos.org, que organizó para la ocasión un despliegue sin precedentes. Sus huestes eran visibles por todas partes, y con ellos se trajeron el que indiscutiblemente era el mejor stand de este año, en el que había hasta dos pinballs y una máquina del Space Invaders disponibles para todo aquel que quisiera echarse unos vicios. Con eso y otras cosas que me dejo para no extenderme en exceso, no es de extrañar que su espacio fuese el más concurrido del sarao junto al de Time Invaders, que estaba justo al lado. Lamentablemente, y como hemos adelantado en el encabezamiento, Marcianitos.org fue responsable de lo mejor y lo peor de la Retro, aunque respecto a lo último la culpa no fuese suya. Por causas que desconozco plenamente, pero que al parecer vienen de lejos y que tuvieron su punto culminante aquel sábado, el webmaster de Marcianitos.org decidió pegar el cerrojazo a la web de forma fulminante y repentina. Insisto en que las causas que han conducido a esto me son desconocidas en el momento de escribir estas líneas, pero a la vista de algunas cosas que he podido atisbar por la Red, se confirma una vez más mi firme convicción de que hay demasiados gilipollas sueltos por el mundo, y que por desgracia muy pocos de ellos tienen lo que se merecen: una muerte lenta, indigna, cruel y despiadada.

Las últimas pesquisas apuntan a un posible responsable del cierre de Marcianitos.org, que se defiende de las acusaciones: “No conozco a nadie de Sicilia. No he estao en Sicilia. Ni conozco a nadie de la mafia rusa”.

“Este año mola más que el anterior”

O ésa al menos fue la percepción que tuvimos nosotros. Fue una auténtica satisfacción comprobar cómo RetroMadrid creció en número de visitantes casi de forma exponencial respecto al año 2008. De hecho, nosotros llegamos sobre la una de la tarde, para no faltar a nuestra costumbre ancestral, y ya en ese momento teníamos los pases número 660 y 661, nada menos. Eso casi suponía igualar en tres horas el número de visitantes que había tenido la Retro 2008 en un día entero. En este crecimiento tan espectacular tal vez tenga algo que ver el cambio de nombre de la feria, que como ya sabemos estrenó su actual denominación el año pasado. En su momento nosotros lo juzgamos como un cambio muy positivo, que ayudaría a atraer más visitantes. Y parece que este aspecto se confirma. De los expositores presentados, tanto de los que hemos comentado algo como de los que no, podríamos estar hablando durante mucho tiempo. El año pasado me gané algún palo por comentar que había muy pocas novedades… cuando en realidad parece que sí las hubo.

Tal vez para evitar eso, este año tanto la organización como los expositores pusieron su granito de arena, no sólo para dar a conocer lo que se había expuesto en las mesas sin necesidad de preguntar a nadie (detalle éste muy importante, aunque parezca mentira), sino para que las novedades presentes a todos los niveles (nuevos expositores, hardware, software, etc) se dejasen sentir desde el primer momento. En este sentido, el detalle del folleto entregado con cada entrada vuelve a merecer un aplauso. Y una vez más, insistimos, también es aplaudible el cambio de orientación del certamen, que parece abrir definitivamente los brazos a otros sectores del vintage informático ajenos a los ordenadores de 8 bits y sobre todo al Spectrum, cuya “excesiva” presencia comenzaba a perjudicar seriamente al certamen. Pero ojo: una cosa es ésa y otra muy distinta es subestimar la importancia que estos sistemas tienen entre la comunidad, que todavía es bastante. A este respecto, la organización debe tomar buena nota de lo ocurrido en el “cuartucho” de cara a la edición del año 2010. Eso si RetroMadrid sigue un año más en El Greco, porque si en 2006, primer año en que acudimos a la feria, ya era evidente que este centro cultural resultaba poco adecuado, en 2009 sus carencias se mostraron con más crudeza que nunca. Algunos de los errores más gordos que podríamos achacar a la organización, si no la mayoría, deberían achacarse realmente a un recinto totalmente inadecuado en el que, por ejemplo, resulta muy complicado distribuir a los participantes sin riesgo a que se produzcan fallos de bulto. A lo del “cuartucho” vuelto a remitirme, sin ir más lejos.

A estas alturas resulta prácticamente inviable seguir celebrando allí RetroMadrid, y más con el importante aumento de visitantes, que en las horas de mayor afluencia produjo un verdadero caos en las instalaciones. Los organizadores, tal vez intuyendo lo que se avecinaba,  trataron de paliar algo los males habilitando por primera vez la sala de conferencias en un aula de la planta superior, bastante más grande que la que se ha venido usando hasta ahora en la planta baja. Y todo habría sido perfecto… si el aula hubiese tenido aire acondicionado u otro sistema de ventilación adecuado. Aquel día disfrutamos de una meteorología estupenda, pero esta ventaja se volvió contra quienes asistieron a las conferencias, y particularmente a la última y mejor de todas, que congregó a un número muy importante de personas. El fuerte calor reinante se hizo difícilmente soportable para muchos, que a duras penas lograron aguantar la conferencia, de dos horas, hasta el final. Eso sí, a pesar de ello nadie se marchó, lo que habla muy bien de un evento en el que Gominolas, al igual que el año pasado, demostró ser un auténtico showman, dicho sea sin desmerecer al resto de ponentes.

Pincha aquí para ver las fotos que hicimos ese día.

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