Y lo hizo con buen pie: RetroMadrid 2012 está aquí. Acabando de presenciar Sinfonía Pixelada, el concierto que ha servido de acto inaugural para la edición de este año, estamos impacientes por disfrutar el tinglado en su plenitud. Lo de ayer era una especie de “toma de contacto” a semejanza de la organizada en 2010, puesto que la feria en sí misma abre sus puertas a primera hora de hoy con la acostumbrada ración de expositores, concursos, sorteos y otras sorpresas.
En fin, veremos qué nos depara la jornada. En lo referente al concierto la verdad es que ha estado bien. En mi opinión no ha sido tan divertido como Bits & Baudios, pero sí más emotivo. Los chicos de Camerata Musicalis, habitualmente dedicados a interpretar música clásica “de toda la vida”, se estrenaban en el terreno de los videojuegos con diversas versiones para orquesta de melodías procedentes de Super Mario Bros, Zelda, Tetris e incluso el Titanic de Topo Soft, acompañadas de proyecciones “ad hoc” en pantalla gigante y de una buena presentación a cargo del inefable Gominolas, omnipresente en estos saraos. La orquesta, capitaneada por Édgar Martín a la batuta, cumplió con nota apoyada en el buen hacer de su concertino Miguel Prida en los arreglos, además de por la buena acústica de la Nave 16 del Matadero. Todo ello para dejar una grata impresión entre los numerosos asistentes, que así a ojímetro debían ser unos doscientos. Fuesen más o menos, lo único cierto es que el recinto se llenó y mucha gente tuvo que presenciar el concierto de pie o contentarse con tomar asiento en el suelo, como fue mi caso.
Al lado de eso, la actuación posterior de 4Dboy, también presentada por Gominolas, quedó un poco deslucida. Al muchacho, capaz de montar una auténtica rave con una simple Nintendo Gameboy, la hora no le ayudó demasiado: mucha gente, cansada ya después del concierto anterior y seguramente pensando en el día siguiente, decidió abandonar el recinto y marcharse a casa, lo que derivó en un ambiente un poco frío al que contribuyó la falta de una iluminación adecuada a la música. Hubiera sido más apropiado para él ir de aperitivo en lugar de postre, pero al menos el chaval, nacido el mismo año y día que un chisme por el que profesa devoción religiosa, se volcó para ofrecerle a su público el mejor rato posible.
Minutos antes de comenzar el «festi», Gominolas observa impasible el lío organizado a su alrededor.
Y poco más. En lo que a mí respecta espero publicar una crónica más completa de la Retro y subir una cantidad abrumadora de fotos. Os iré contando, no lo dudéis.
«Cantidad abrumadora de fotos», eso parece ser una cantidad enorme de trabajo!!!
Un gusto haberte saludado 🙂
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Hombre, trabajo no, más bien placer porque me gusta mucho el rollo de la fotografía y siempre que salgo por ahí suelo llevar la cámara a cuestas. Pero sí, parezco un japonés xD.
Na, un placer igualmente. Y tomo nota de la sugerencia respecto al plugin.