La verdad es que en Speccy.org están que se salen últimamente. La cantidad de noticias nuevas ha aumentado mucho en las últimas semanas y cada pocos días se postea alguna novedad, lo que da idea que cómo se ha «acelerado» el mundo del Spectrum ahora que enfilamos la recta final del año. No sólo hay cosas nuevas, sino que éstas son muy pero que muy jugosas. Como casi siempre, vaya.
De entre lo último que se ha podido ver por allí, hubo algo que me llamó la atención muy poderosamente. Estamos hablando de este artículo sobre los juegos publicados para Spectrum tras su «muerte» comercial, fechada oficialmente en 1993. Sorprende ver la cantidad de lanzamientos realizados a lo largo de los años. Trece años después de su supuesto enterramiento, ya en pleno siglo XXI, todavía tiene fuerzas para seguir dando guerra de un modo inimaginable en otros sistemas retro. Para que los no iniciados en esto (o los más jóvenes) se hagan una idea, es como si a estas alturas un puñado de locos siguiera desarrollando juegos para la Super Nintendo o la Master System. Pues eso es lo que ocurre con el Spectrum: no son pocos los «locos» que aprovechan la menor oportunidad para currarse un juego y presentarlo por ahí; incluso en el marco de algún concurso de programación, que haberlos haylos, y con más frecuencia de lo que la mayoría de la gente se imagina.
¿Es una Amiga? ¿Es un Atari? No, es un Spectrum. La calidad de la digitalización es realmente asombrosa.
En todo este asunto tiene mucho que ver el retraso con el que la ex Unión Soviética se incorporó a la informática de masas. En un país donde la mayoría de la gente tenía (y aún tiene) bastante con buscarse la vida para poner un plato en la mesa, el sencillo y barato Speccy supo ganarse un lugar de privilegio tras ser recibido con los brazos abiertos. Los míticos clones producidos por decenas de miles bajo multitud de formas y nombres distintos hicieron el resto. Otro tanto ocurrió en varios países de la órbita soviética como Hungría o la República Checa, de donde provienen algunos juegos bastante majos. Casos como el español o el británico no los vamos a citar por ser sobradamente conocidos para casi todos nuestros lectores, pero ni que decir tiene que en el artículo protagonista de esta editorial le dan un buen repaso a gente como la del CEZ Games Studio o Compiler Soft, que recientemente también ha publicado nuevo material. En resumidas cuentas, y pese a algún gazapo y a estar en inglés, un magnífico texto, ameno y muy entretenido de leer.