Eso es básicamente Road Trippin´, un juego definido por el frenesí en su desarrollo y la simplicidad que le otorga su condición de arcade con todas las letras.
Claramente inspirado por clásicos de las recreativas como Rally X, lo firma John Davies con una variante del sempiterno Arcade Game Designer y destaca en su coqueto aspecto gráfico, pero especialmente porque su pantalla de presentación es obra de Clive Townsend, autor del mítico Saboteur! Dejando eso a un lado el juego no puede ser más sencillo: todo consiste en recorrer con nuestro coche, y a toda velocidad, las calles de varias ciudades del mundo recogiendo una cantidad determinada de souvenirs representativos del lugar (en el caso de Toledo espadas, como no), mientras esquivamos otros vehículos que se mueven de forma casi tan alocada como nosotros, variando compulsivamente el sentido de la marcha. En medio de toda esta demencia nos toca buscar hueco para «cazar» extras que nos serán muy útiles a la hora de progresar en la partida, y que permiten cosas como ganar tiempo para seguir jugando, añadir combustible extra a nuestro coche o detener el movimiento de nuestros rivales por unos instantes.
Poco más merece comentarse acerca de un producto que cumple con lo que promete dar, ni más que menos que un poco de diversión sin mayores complicaciones. No pasará a la historia salvo quizá por «reencontrarnos» con uno de nuestros ídolos de la niñez, pero tampoco es que pretenda nada más allá y técnicamente cumple con lo necesario para hacer que jugar con él unos minutos no resulte molesto ni frustrante, aunque tampoco es que su dificultad resulte particularmente asequible.