Bonito video el que me ha descubierto el gran Ignacio Prini a través de la cuenta de su web en Facebook:
Grabado a principios de 1981, este viejo programa de la BBC nos presenta una semblanza de Clive Sinclair tanto desde la óptica profesional como personal. Ante nosotros tenemos a un hombre inteligente, trabajador y emprendedor, que no descuida sus seis millas diarias de footing por los alrededores de la elegante casa que habita en Cambridge. Esposo devoto y amante de la vida familiar, que juega a programar el ordenador que él mismo ha inventado (el ZX-80) junto a su hijo de catorce años.
El puto amo, resumiendo. Una imagen idílica ante la que los más socarrones no evitarán esbozar una risilla con una pizca de malignidad, pues contrasta con la imagen actual de un Clive famoso por su carácter adusto, obligado a abandonar sus negocios informáticos por la puerta de atrás al empecinarse en llenar las calles de coches eléctricos, y al que sus hijos no tragan demasiado (algo reconocido por él mismo) luego de mandar a la mierda a su primera mujer y casarse años después con una antigua bailarina de strip-tease a la que le saca treinta y seis años.
«Envidia cochina es lo que me tenéis, sinvergüenzas».
Ya en un tono más serio, decir que el video esconde motivos sobrados para gustar a cualquiera entienda o no inglés (por desgracia así son las cosas. English only, chavales) al mostrarnos imágenes sorprendentes y poco conocidas del entorno profesional y personal del Tio Clive. El ZX-81 todavía no había salido a la calle y el Spectrum era solo una idea en la mente de aquel hombre, que a los cuarenta años ya había hecho historia en el mundo de la electrónica y prometía convertirse en uno de los grandes empresarios de un mercado, el de los ordenadores para el hogar, aún incipiente pero que ofrecía grandes oportunidades a aquellos que supiesen aprovecharlas.
Al respecto, es interesante observar cómo ya entonces Clive dejaba claro que los ordenadores le parecían inadecuados para jugar, esbozando algunas ideas sobre el futuro que luego plasmaría con más detalle en esta serie de artículos escritos para una revista española. Pero quizás lo más curioso y llamativo esté en la visita a la vieja nave industrial donde un puñado de personas montan a mano unidades del ZX-80, insertando los chips en la diminuta placa base del aparato directamente con los dedos. Una metodología de trabajo que ilustra bien a las claras los principios de una industria que al cabo de no mucho tiempo llenaría nuestras casas de ordenadores y consolas.
Muy bueno el video!