Este curioso C5 «tuneado en oro» se encuentra expuesto en el escaparate de «Hey Sweetie», una dulcería y heladería situada en Ellon, al noreste de Escocia. La verdad es que como reclamo publicitario no tiene precio: sepas o no lo que es un C5, resulta imposible no pararse a contemplarlo. En ese sentido la efectividad está garantizada, más todavía cuando de lo que se trata es de llamar la atención para luchar contra el cáncer infantil a través de una organización benéfica de Glasgow.
La pasión por el Sinclair C5 lleva años experimentando un auge notable especialmente en el Reino Unido, que es prácticamente el único lugar donde se vendieron las escasas unidades fabricadas (poco más de 12.000 en un año, cuando Sir Clive había previsto 100.000). Mucho antes de la moda por los hoy denominados «vehículos de movilidad personal», este peculiar triciclo eléctrico se había convertido en objeto de culto para presumir y exhibirse con él hasta en concentraciones de coches clásicos, donde siempre llama la atención no ya por lo que es sino también por su diseño, que estéticamente sigue pareciendo actual y desde luego se adelantó a su tiempo. Sin lugar a dudas demasiado, a la vista de sus graves defectos y su escasa practicidad, que limitaban severamente sus posibilidades de utilización… pero también permiten darle un enfoque distintivo, como bien ilustra la foto. Puede que no sea posible meterlo en en el Metro o en un bus como sí se puede con un patín o una bici plegable, pero a cambio ofrece otras posibilidades la mar de interesantes…