Sir Clive Sinclair vuelve a ser noticia en los medios ingleses como no lo había sido desde hace casi treinta años, cuando la presentación del ZX-80 y la del posterior Spectrum revolucionaron la pérfida Albión. Por un lado, y al más puro estilo de los magnates de la Rusia post soviética, el venerable Tío Clive (cumple setenta años en julio) se ha echado una novia treinta y seis años más joven que él, ex modelo y  ex bailarina de strip-tease, a la que conoció hace algunos años en un club nocturno y con la que tiene planeado casarse; por otro, el pasado 28 de febrero el prestigioso diario The Guardian publicaba una breve entrevista con el creador del Speccy, en la que éste se despacha a gusto con la informática moderna. En medio queda el estreno el pasado mes de octubre del telefilme Micro Men, que narra el enfrentamiento entre Clive y su rival y antiguo colaborador, Chris Curry, en pos de convertirse en el empresario informático más poderoso del Reino Unido. Un enfrentamiento que, por cierto, terminaría a puñetazo limpio en un pub de Cambridge años después.

El genial José Carlos Tomás caricaturizó así el bochornoso episodio de Cambridge en la revista ZX, a principios de 1985.

Volviendo sobre la entrevista del Guardian, algo llama la atención aparte del laconismo y el aparente pasotismo de Clive, que por momentos parece que le va a soltar al periodista que se marche ya y deje de fastidiarle de una maldita vez: para los británicos, Sir Clive sigue siendo  esa especie de profesor Bacterio que inventó cacharros tan geniales y en apariencia tan inútiles como el C5 o el ZX-80, contra el que no se ahorran diatribas al final del artículo. El mismo protagonista de Micro Men, el actor y presentador de TV Alexander Armstrong, define a Sir Clive como “un cruce entre Einstein y Willy Wonka”.

De la entrevista se desprende que la cabezonería de Tito Sinclair es difícilmente igualable, ya que confiesa tener entre manos otro proyecto de coche eléctrico en la onda del C5, que debería salir al mercado hacia el año que viene. También vuelve a recordarnos su animadversión, ya casi legendaria, hacia todo lo que huela a ordenadores actuales y a Internet. De los primeros viene a decir que son unos monstruosos devoradores de recursos completamente ineficientes; respecto a la Red, ya en una ocasión declaraba sentirse exasperado por su lentitud, y esta vez confiesa que no tiene ni e-mail, y que deja esos temas en manos de sus lacayos. Genio y figura, con un par.

Sir Clive sobre El Spectrum Hoy: “Esta web refuerza mi convencimiento de que Internet sólo sirve para que una ralea de frikis presuman de hacer algo con sus patéticas e inútiles vidas”.

Total, que os emplazo a que les echéis un vistazo a los artículos enlazados en el post, porque molan. Particularmente el del Daily Mail, que aparte de hablar de sexo y otras guarradas, tiene un titular y unos primeros párrafos que prometen bastante, en la mejor tradición de los defecables tabloides ingleses. Sí, todo está en inglés, claro. Pero si no pilotáis para nada el idioma del jodido Shakespeare, es hora de que ese amigo que se deja una pasta todos los meses para sacarse el First Certificate utilice su aprendizaje en algo útil, al menos por una vez.

2 thoughts on “Sir Clive, otra vez en la cresta de la ola”
  1. He visto alguna vez esas bicis, y me han llamado mucho la atención (Como cuando vi por primera vez el ZX-Spectrum, ¿serán todos los modelos fabricados por Sinclair?, yo si encuentro uno que sepa a ciencia cierta que es del tio Clive, lo compraré.

  2. Según la Wikipedia, la idea de la A-Bike fue de Clive, pero el verdadero cerebro gris detrás de ella es el ingeniero y diseñador industrial Alex Kalogroulis. Eso no quita para que Tito Clive demostrase, una vez más, un ramalazo de genio por elncima de la media.

    Tampoco yo he podido probar la A-Bike directamente, y mi conocimiento de ella se limita a lo visto y leído sobre ella en Internet. Ni que decir tiene que me encantaría probarla, aunque seuramente me la cargaría al primer envite porque el peso límite que soporta es de 80 kilos y yo, gordo fanegoso impenitente, sobrepaso esa cifra con creces ;-).

    Por lo que sé, la A-Bike mola más por su diseño que por su utilidad real, muy en la onda de casi todo lo ideado por Sir Clive nos guste o no. En el Youtubarro hay varios videos de gente que tiene una o que la ha probado, y en algún caso la define como «una silla rodante» más que como una bici. Y es que su extraño diseño la hace difícil de conducir, y la penaliza para algo que no sean recorridos cortos por la ciudad.

    De todos modos no me importaría tener una y poder fardar con ella por el metro yendo a trabajar.

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