De todas las singularidades que hacen del Spectrum una máquina tan especial, y son muchas, la del sonido está entre las que más a menudo se recuerdan al evocar este legendario chisme. Por su pobreza, huelga decir. Aunque la llegada del Spectrum implicó un importante salto cualitativo sobre sus antecesores ZX-80 y 81, que no tenían sonido, la verdad es que el Gomas, con su pequeño altavoz monofónico y de onda cuadrada, poco o nada podía hacer enfrentado a máquinas más serias como el Commodore 64, que con su maravilloso chip SID hacía sonrojar de vergüenza a quienes poseían un ordenador Sinclair incluso de las últimas series, equipadas ya con un chip de sonido capaz de ejecutar algo más que una cacofonía de ruidos. Dadas sus limitaciones, sorprende hasta qué punto llegaron a exprimirlo ciertas personas a las que el calificativo de genios les quedaría evidentemente corto.

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Bo Jangeborg, capaz de crear sonidos polifónicos en un altavoz monofónico. Con dos cojones.

Pero la imaginación de un hombre con cerebro no conoce límites. Steve Vickers, aparte de uno de los diseñadores del Spectrum, fue el encargado de redactar su manual de instrucciones y en él lanzaba un particular reto que sería atendido más de treinta años después. Utilizando doce ordenadores conectados en red a una Raspberry Pi que hace las veces de “director de orquesta”, dos chalados del Museo de la Ciencia de Oxford interpretan la primera sinfonía del compositor austriaco Gustav Mahler con un resultado bastante más que digno. Sobre todo teniendo en cuenta el material con el que trabajan, al que la edad no perdona y del que ni ellos mismos se fiaban demasiado a causa de la complejidad del montaje. El autor del documental adjunto, a la sazón uno de los dos implicados, reconoce que los primeros momentos tras la puesta en marcha del invento frente a un público expectante fueron “los treinta segundos más largos de mi vida”. Afortunadamente para él, su compañero y sus respectivos corazones sujetos a la posibilidad de un ataque, el aplauso recibido tras el concierto evidencia lo bien que salió todo.

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