Es lo que hacen quienes toman parte en el mundillo de la demoscene y participan en los numerosos concursos organizados por todas partes en relación con él: mostrar las capacidades de las máquinas con las que trabajan, y de paso mostrar las suyas propias tratando de exprimir esas máquinas hasta el límite (y más allá), sin trampa ni cartón, creando arte en el proceso. Un proceso que raras veces deja mal sabor de boca entre quienes contemplan el resultado final.
La Datastorm 2017, celebrada en Gotemburgo durante el segundo fin de semana de febrero, no fue la excepción. Centrada en los micros de Commodore y en particular en el C-64, que en su día fue el ordenador de 8 bits más popular de Suecia, ha sido una gozada para los afortunados asistentes, quienes pudieron disfrutar con exhibiciones visuales tan formidables como esta, ganadora en su categoría…
…o esta otra, que hizo lo propio en la categoría correspondiente al Commodore Amiga, sorprendiendo a la concurrencia (y seguro que provocando algún ataque epiléptico también):
Ni que decir tiene que ambas son excepcionales, y que si en el salón de casa tienes una smartTV del tamaño de un diplodocus (algo ya habitual, por otra parte) el espectáculo está garantizado.
Información Bitacoras.com
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