En apariencia no es más que un edificio corriente. Está situado en la Calle Bravo Murillo haciendo esquina con la Plaza de Castilla, zona que muchos consideramos el verdadero centro de Madrid: aquí se sitúa una de las mayores concentraciones de comercios de la capital, así como uno de los intercambiadores de transportes más grandes de Europa, punto de paso diario para decenas de miles de personas. Los archiconocidos Juzgados están justo delante y muy cerca, a tiro de piedra como quien dice, se encuentran el área de negocios de AZCA, los rascacielos de Puerta Europa (las famosas Torres KIO) y el complejo Cuatro Torres, que son los cuatro edificios más altos de España. La situación de nuestro edificio es a todas luces privilegiada, pero rodeado de tanto glamour sin duda pasará desapercibido a ojos del transeúnte medio.
Sin embargo, para un buen aficionado al Spectrum este lugar no pasará por corriente si le decimos que aquí estuvo un día la redacción de ZX, la primera revista que se editó en España con los ordenadores domésticos como tema central y único, y para más orgullo con el Spectrum (y no otro) como protagonista absoluto. Por diversos motivos paso a menudo por este lugar, y un día decidí hacer una foto con el móvil para dedicarle un editorial al que fue uno de los primeros «santa sanctorum» del micro del Sir Clive en España. Por fuera el edificio sigue siendo virtualmente el mismo que hace veinticinco años, aunque por dentro ni que decir tiene que las cosas han cambiado bastante y lo que un día fue una redacción repleta de Speccys y máquinas de escribir hoy es, en su mayor parte, una academia de enseñanza privada.
A la mayoría de los aún locos por los micros de 8 bits y por el Spectrum en particular, les gusta conocer qué fue de las personas que hicieron posible el milagro de la informática doméstica en los 80; pero pocos vamos más allá preguntándonos qué ha sido de los lugares donde esas personas dieron rienda suelta a su creatividad, o de los «templos» en los que nos reuníamos para intercambiar vivencias con los amigos o comprar juegos. Resulta curioso echar la vista atrás, para acto seguido volver a la realidad de un mundo en constante cambio que rara vez perdona incluso a estos «templos», directamente desaparecidos o reconvertidos para otros usos según las necesidades, a veces de un modo bastante curioso. El mítico Sinclair Store de Diego de León, por ejemplo, es hoy una farmacia. El local, completamente reformado, en nada se parece a aquella tienda en la que pasé tantas tardes de sábado hace ya más de 20 años. El local de Videojuegos Gutiérrez, en Alcalá de Henares, donde compré tantos juegos en cuanto ERBE los bajó de precio, pertenece hoy a una inmobiliaria trapera tras haber pasado por múltiples manos. Conozco incluso el caso de un local que, tras estar vinculado a los «micros» durante años, pasó a ser un sex shop (!) y luego una autoescuela (?), para después volver a sus orígenes pasando a ser nuevamente una tienda de ordenadores. Los locos del Spectrum dirán que ya no les quedan «templos», pero lo cierto es que alguno queda por increíble que parezca, como la cafetería Mayca de Alcalá, a donde acudía muchas veces para reunirme con los «amigos del Spectrum» e intercambiar juegos. Aquella cafetería presenta prácticamente el mismo aspecto que tenía en los tiempos gloriosos del Speccy.
Sin embargo, lo que no sé (y lo que más me gustaría saber ahora) es qué fue del cuartel general de Clive Sinclair en Cambridge. Esperemos al menos que, de seguir en pie, no se haya convertido en sede de alguna empresa capulla, tal que un banco, una inmobiliaria o una ETT. Sería un final bastante triste para lo que un día fue para nosotros una especie de «Meca», un lugar al que soñábamos peregrinar antes de cascarla, al menos una vez.
Esta es tal vez una de las tiendas de ordenadores más antiguas de España. Situada en Alcalá de Henares (Madrid), lleva funcionando ininterrumpidamente desde 1985. Con distintas denominaciones y dueños, eso sí.
Yo igual, iba mucho a RTV Gutierrez, que pasó luego a ser Videojuegos. Acuérdate que cuando ponían los puestos en la Plaza de Cervantes, muchas veces también tenían juegos de ordenador y todo. Ahí vi yo cosas rarísimas (para mí), como los de la serie del Magic Knight con sus portadas en plan comic de M.A.D.
Yo no recuerdo lo que comentas de la Plaza de Cervantes, aunque sí recuerdo haber visto puestos con juegos en los Santos Niños. No obstante yo era más de Rastro.
La tienda del «Rubito» es un enclave mítico de Alcalá, aunque a mí, que entonces era un chaval muy tímido y apocado, me costaba aparecer por allí porque su dueño tenía una mala leche de mil cojones. El tío imponía respeto, vaya. A título de curiosidad, la tienda que aparece al final del post estuvo cerrada durante un tiempo porque pescaron a los que entonces eran los dueños vendiendo copias piratas de juegos. Las malas lenguas comentaron que el chivatazo a la poli lo había dado el propio Gutierrez, deseoso de deshacerse de la competencia: él también vendía copias de juegos bajo cuerda, pero más caras.
Pues te digo yo que al menos una vez si pusieron puestos con videojuegos entre los tradicionales de bromas, y con cosas rarísimas… Gutierrez tenía una mala leche legendaria, y como tantas veces, no sabía muy bien lo que vendía… A mí todos me decía que «este es muy bueno», aunque fuera una castaña. Lo de que el vendía juegos piratas, no tenía ni idea.
¿Te acuerdas si en la calle donde estaba el Simago había un Corte Inglés o algo así? Porque yo recuerdo comprar ahí juegos para el CPC 6128
Pues yo no pasé de One Way (Mail Soft), alguna vez me pasé por el rastro, pero sin comprar juegos, me bastaba con intercambiar con mis amigos para tener todo lo interesante, también me carteé mucho con gente de España y del extranjero, nos enviábamos cintas y disquetes y pude llegar a tener una colección se Software envidiable.
También me pasé alguna vez por Sinclair Store, me sorprendió mucho comprobar que funcionaron durante muchísimos años con ese nombre y la tipología de letra de Sinclair con sus colorines.
¿Por cierto, existe alguna fuente de letras tipo Sinclair?
Xinclair: Por supuesto que existe la fuente. Busca en Google «sir clive ttf» 😉
Yo era un asiduo del Sinclair Store de Diego de Leon, pero nunca compré juegos. Eran otros tiempos y entonces te permitían jugar con los ordenadores que tenían allí, porque gracias a eso atraían clientela.
Recuerdo la tienda en la esquina de los santos niños. En realidad ha cambiado de nombre varias veces, pero de dueños menos.
Recuerdo que en los tiempos del spectrum sus dueños eran bastante antipáticos y su concepto de servicio al cliente es paga y luego ya veremos.
Sinceramente espero que nunca hayan pasado hambre, pero me alegraria de que les hubiese ido mal el negocio, despues de la cantidad de juegos originales que les compré me trataron como una mierda y se negaron a contestarme una pregunta básica sobre joystick ( basicamente que para jugar con el joystick de regalo del +2a habia que usar «sinclarir» y no «kepstom»), yo un pardillo, ellos imbéciles, nunca más les compré nada y entré muchas veces…pero como digo, creo que aún siguen siendo los mismos dueños.
En la plaza Cervantes si habia una tienda donde te vendian piratas(cerca del actual mcdonalds) si les daba a la gana, a mi hermana si, pero a mi no. =D.
Yo tambien recuerdo con cariño el quiosco en los gorriones donde vendian cintan de 595pesetas. O el de los pisos amarillos donde compré mi primera MH.
Lo del cambio de nombre y dueños lo comento en el pie de la foto que aparece al final del artículo. La cuestión es que en treinta años en local no ha cerrado jamás, que yo recuerde, lo que constituye una auténtica «rara avis».
No recuerdo si ha tenido dueños bordes porque apenas he entrado un puñado de veces, las más cuando vendían juegos piratas de 8 bits bajo cuerda (allí adquirí una copia de Nightshade y otra de Fighting Warrior por ejemplo) y la memoria no me da para tanto; pero el trato no debió ser tan malo cuando no recuerdo nada especial de ellos y sí del dueño de Videojuegos Gutiérrez, que por definición se gastaba una mala leche de borrega negra que espantaba al más valiente. La alegría va por barrios, dicen.
Del resto de tiendas que citas ni flowers, la verdad. Por lo general compraba siempre en el mismo sitio (Gutiérrez) y cuando no era así lo hacía directamente en Madrid, primero en el Rastro y luego en diversas tiendas del centro, cuando no en El Corte Inglés. Lo de las cintas de la Serie Leyenda vendidas en mercados de alimentación y librerías ya me pilló tarde y apenas hice un par de compras antes de finiquitar mi relación con el Spectrum para pasar a otras cosas.
Gutiérrez era un jeta y un estafador que encasquetaba el paper boy a los padres que iban a comprar un regalo para reyes.
Pues hay que admitir que un poco de cierto en eso sí que hay. Ya comentan más arriba que era un tipo capaz de encasquetarte cualquier cosa… Ahora que cabe preguntarse si efectivamente era por caradura y afán de timarte o más bien por simple desconocimiento acerca de lo que vendía… Lo cual tampoco va muy desencaminado. A mí no me caía muy bien porque tenía demasiada mala leche, pero ahora me pregunto si yo, en su lugar, no hubiese actuado igual que él: he tenido ocasión de currar tras un mostrador y sé lo que es acabar hasta las pelotas de tratar con la gente durante diez horas diarias, así que teniendo que lidiar con críos y adolescentes ya ni te cuento.
Varias veces estuve trabajando en la redacción de ZX. Recuerdo que Domingo nos dejaba llevar los juegos que programábamos, probarlos en la redacción y se los quedaban para más tarde seleccionarlos para la revista.
De pequeño me hubiese encantado trabajar en la redacción de alguna revista como ZX o similar, pero vete a saber. Al convertirse mi afición por los juegos en un trabajo, lo más probable es que habría acabado hasta las narices.