¡Toma ya titular clickbait de esos!

Aunque muchos de ustedes tal vez ni lo recuerden ya, a lo largo de este 2019 que está a punto de fenecer el Amstrad CPC cumplió 35 años. Su historia (la de la máquina y su tortuoso y acelerado desarrollo, así como la del tiparraco que impulsó la idea y la hizo vendible) ha sido glosada a lo largo de ese tiempo en libros, revistas y artículos de Internet, así que no me voy a extender sobre ella.

El tiparraco en cuestión. «Soy el Trump británico y lo sabéis».

Además no es el propósito de este post escrito a toda milk. En fechas como las que estamos lo que uno quiere, básicamente, es jugar; porque es un momento perfecto para ello: fin de semana navideño, quizá apurando los últimos días de vacaciones, con frío que no invita precisamente a salir por ahí… ¿Que mejor forma de celebrar un aniversario como el del CPC que jugando con él? Poco importa que sea gracias a uno de verdad (aquellos afortunados que lo tengan) o a través de emuladores como este que no requieren ni instalación porque se usan on line. Me parece la mejor forma de rendir tributo a una máquina por lo demás excelente, que encima brindó grandes momentos a sus propietarios. Como muestra de lo que podía ofrecer, un botón para quienes lleguen a este texto por casualidad y no sepan nada del ordenador:

httpv://youtu.be/EbsTNbJOaBg

Para el resto, el vídeo sirve para dar ideas con las que pasar un buen rato de diversión, quizás volviendo a disfrutar juegos que hacía siglos que no probaban o que tal vez ni siquiera recordaban. La selección es buena en general, pero como suele ocurrir no están «todos los que son», algo normal por otra parte. Hecho a faltar alguno de mis juegos favoritos para Amstrad ever como Billy el barriobajero y su secuela, amén de una mayor presencia del software francés. Porque conviene recordar que el CPC lo petó entre los gabachos, y en virtud de ello estuvieron entre quienes más y mejor partido le sacaron durante su época de gloria.

2 thoughts on “Post raudo y veloz con juegos a mansalva”
  1. Así es, el CPC era y es una máquina fascinante y alucinante (parafraseando el titular de la época de otra máquina de la casa) y el halago no lo es por nostalgia, algo que como ya hemos comentado otras veces, está demasiado de moda, especialmente entre aquellos que quieren subirse al carro de la mal llamada Edad de Oro (bien por lo que sueles comentar del Traje del Emperador o bien por querer figurar haber estado en una época donde no fueron todos los que ahora afirman haber estado).

    Pero volviendo al tema que nos ocupa, es una máquina que ha envejecido bastante bien y que no da vergüenza ajena de mostrar hoy en día, siempre y cuando se sepan elegir los títulos, como con cualquier máquina supongo.

    He de comentar que para el 25 aniversario, tuvieron lugar algunas celebraciones para conmemorar la onomástica incluyendo juegos, fanzines y cosas así. En mi caso concreto
    debo añadir que también hice camisetas, algunos libros de portadas y preparé cartelería para mostrar en las diferentes ferias a las que asistía por entonces. Sin embargo, este 35 aniversario ha pasado prácticamente desapercibido, ya que no ha habido mucho más ruido al respecto que algún post-reseña en blogs (incluso los de temática de Amstrad se han limitado a eso) y algún tweet al respecto. Creo que eso da una idea bastante aproximada de cómo se vivía la afición hace 10 años y como se vive ahora.

  2. Muchas gracias por tu comentario. La verdad es que yo no sé qué pensar. Quizás sea que un 35 aniversario no es tan «redondo» como un 25, y de ahí la menor repercusión. Quizás sea que los años no pasan en balde… Tú mismo lo has dicho: lo que para el 25 impulsó a muchos a currar a tope para celebrarlo, en esta ocasión se ha limitado a algún post que otro en blogs y listos. De cualquier modo, hace diez años yo jamás habría apostado por ver un movimiento tan dinámico en torno a máquinas como el Spectrum o el CPC, para las cuales se siguen lanzando juegos en cantidad más que respetable y organizando concursos de programación. A las puertas de 2020.

    Del CPC no ha lugar a nada que no se haya dicho en este mismo artículo o en otros de la web. En su época de esplendor hubo ocasiones en las que no se le sacó todo el partido posible básicamente por presiones comerciales, como siempre. Ahí tienes el ejemplo de R-Type y de la nueva versión lanzada hace un par de años. Teniendo tiempo y sabiendo programarlo, un Amstrad poco o nada tenía que envidiar a sus competidores.

    Si husmeas por la web te darás cuenta de que el término «edad de oro» suelo escribirlo así, entre comillas y todo en minúsculas. Es bastante ilustrativo sobre lo que pienso respecto a ese periodo y todo lo que arrastra en torno suyo, por mucho que haya algunos hitos dignos de mención.

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