Tradicionalmente agosto ha sido el mes de vacaciones por excelencia, aunque en las últimas décadas esa tendencia ha ido cambiando con la progresiva globalización del comercio y la introducción, por consiguiente, de políticas liberales que han flexibilizado las condiciones de trabajo. En 1985, un 70% de la población española elegía agosto para irse de vacaciones y la gran mayoría de ese porcentaje se marchaba todo el mes. Hoy esa cifra se ha reducido de manera drástica: la época estival sigue registrando el mayor número de desplazamientos, pero cada vez son más quienes eligen repartir el asueto a lo largo de todo el año y en periodos cortos, reservándose por ejemplo unos días para Navidad. Y crece el número de empresas que prohíben a sus empleados tomarse más de dos semanas seguidas de vacaciones salvo en casos excepcionales, y les obligan a tomarse un periodo en verano y otro en temporada baja para así poder cuadrar mejor los turnos de trabajo. Las bondades del libre mercado capitalista y eso.

«No os quejéis cojones, que nosotros no os obligamos a pagar los grilletes».

Con todo, los pestilentes trabajadores siguen teniendo el derecho de esquilmar a sus sacrificados patronos, pudiendo descansar ocasionalmente más de dos días seguidos al menos por el momento. Dado que la gente está cada vez menos acostumbrada a disponer de tanto tiempo libre, para algunos supone un grave problema encontrar la forma de ocuparlo en algo provechoso. Porque tampoco es cuestión de pasarse el día sentado en el sofá dándole vueltas a la cabeza sin nada mejor que hacer, no sea que te de por pensar y la caguemos.

Aquí es donde esta vuestra web llega al rescate dispuesta a solventar la papeleta. Si tenéis dinero y ganas de gastarlo, en lugar de los típicos destinos de sol, playa y cogorza podéis optar por el Smithsonian American Art Museum de Washington DC, USA, para visitar The Art of Video Games, que ahora mismo es seguramente la exposición temática sobre videojuegos más importante del mundo.

A principios de 2011 ya desvelábamos la futura puesta en marcha del sarao y las primeras iniciativas organizadas a escala global en relación con él. Durante todo este tiempo he permanecido suscrito al boletín de noticias y visitado regularmente su web. Incluso me he sentido tentado de comprar el libro conmemorativo, ahora disponible de rebajas en Amazon por algo más de veinticinco dólares, pero no creo que lo haga porque antes me apetece gastar el dinero en otras adquisiciones que juzgo más interesantes. En fin, yo no podré verlo (y obviamente no será por falta de ganas), pero aquellos talifanes del videojuego que tengan la oportunidad y quieran hacer algo diferente en sus vacaciones cometerían un error desaprovechándola: The Art of Video Games permanecerá abierta hasta septiembre y una vez eche el cierre lo hará para siempre jamás, aunque nada impide creer que no vaya a prorrogarse más allá de esa fecha. Mientras tanto, un organismo de gran prestigio ofrece su respaldo a un evento que sin duda merece toda nuestra atención, pese a lagunas como el haberle dado la espalda a Europa. Hale, ya tenéis plan.

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