Si hay quienes echan especialmente de menos los ochenta esos son sin duda los japoneses, que alcanzaron la cima de su poderío industrial y económico sobre todo durante el primer lustro de la década. Con la llegada de la década siguiente toda aquella prosperidad se disiparía como una nube de humo, con el Japón sumido en una crisis perenne de la que a día de hoy no ha conseguido salir, viéndose superado por otras potencias vecinas cono Corea del Sur y sobre todo China, que en Occidente ha sustituido al país del sol naciente como referencia de progreso y país de moda.

Japan, un reflejo de tiempos mejores… o no.

Antes de eso, y en menos de veinte años, la nación de los shogunes había pasado de la ruina absoluta tras la Segunda Guerra Mundial a organizar los mejores Juegos Olímpicos hasta la fecha, los de Tokio en 1964. Lo que siguió fue un auténtico despegue en vertical que llevó al Japón a convertirse en la segunda potencia económica del planeta, sólo superada por unos Estados Unidos que por momentos llegaron a parecer una colonia japonesa. Los nipones devolvieron la ocupación de su país tras la guerra a su manera, apropiándose del tejido industrial norteamericano a base de talonario e inundando las calles del país con sus coches, sus motos y su tecnología, tan barata como vanguardista. Cuarenta años antes Japón había perdido una guerra, pero ahora había ganado la paz.

Los Estados Unidos fueron durante un tiempo la quinta isla del territorio japonés.

El “made in Japan” se puso de moda. George Lucas le daba pasta a Kurosawa para hacer una peli, Toshiro Mifune se convertía en deidad y el anime desembarcaba en las televisiones occidentales con un éxito abrumador, mientras los salones recreativos se llenaban de videojuegos japos. La gente deseaba conocer todos los detalles de una sociedad tan misteriosa como atractiva, incluyendo lo que en la colosal El Guerrero Americano se denominaba “el arte del ninja”. Sobre todo eso, “el arte del ninja”.

Porque en los ochenta relacionar ninjas con Japón era tan evidente como que dos y dos son cuatro. En especial entre los chavales, para quienes “el arte del ninja” producía una fascinación particular. Porque no se puede negar que los ninjas ya molan empezando por su propio nombre, que inspira algo como muy chungo, lleno de riesgos y aventuras; por lo tanto atractivo. Así no extraña que los ninjas se pusieran de moda en todo aquello destinado al consumo juvenil. Hasta Europe titularon Ninja a una de las canciones de su legendario The Final Countdown.

El ninjitsu, afición secreta de Joey Tempest.

En el terreno de los videojuegos, y en particular desde 1986, comenzaron a publicarse decenas de programas protagonizados por aquellos sigilosos tipos vestidos de negro. Curiosamente la mayoría hicieron honor al colectivo ninja y figuran entre lo mejorcito de la historia del software como The Last Ninja y su secuela, pero también hubo tiempo para publicar auténticas pajas mentales y otras demostraciones de psicotronía creativa, algo que hoy se echa de menos en un mundo en el que casi todo se reduce a mejorar año tras año los gráficos de la franquicia de turno.

En estas fechas cumple veinticinco años el que quizás sea el culmen de los juegos de ninjas para Spectrum, Saboteur!, con el que Durell Software inauguró un 1986 que sería glorioso para la casa. Clive Townsend, su autor, venía de recibir una colleja porque su anterior juego, Death Pit, sólo se publicó para Amstrad CPC mientras la versión  de Spectrum se descartaba por su baja calidad. Con Saboteur!, del que ya comenté un hecho muy curioso hace un tiempo, el tío se desquitó a lo grande. Townsend no decidió por casualidad que un ninja protagonizase su nuevo juego: reputado profesor de educación física (dio clases en el colegio donde estudiaban los dos hijos de la princesa Ana de Inglaterra), su afición por las artes marciales le había animado a estudiar ninjitsu.

Su programa no era perfecto, pero se ganaba al jugador mediante la adecuada combinación de detalles como el conseguido movimiento del protagonista, siempre rápido, intuitivo y fluido, o una dificultad ajustable y muy bien medida en cualquier caso, que ayudaban a proporcionarle variedad y convertían cada partida en un reto interesante. Todo dentro de una fortaleza con un mapeado no demasiado extenso, en la que no resultaba difícil orientarse, y cuyos recovecos daban pie para múltiples situaciones de acción. Por eso Saboteur! ha envejecido muy bien, aunque posiblemente ello también se deba a que ilustra como pocos juegos el mundo del ninjitsu. Un mundo de guerreros para quienes aplicar la violencia con el máximo sigilo es un arte. Por eso Saboteur! mola tanto.

Os dejo con la mejor película de ninjas de la historia, que no es japo ni americana: es turca.

9 thoughts on “Ninjas, arma letal”
  1. Japón y la estética: ¡Terror! No sé cómo puede haber gente que idolatra tanto ese peñasco oriental de enfermos, hasta el punto de creer que son una cultura superior o más avanzada.

    Cómo no, lanzados en el 88, juegos de Scooter y de BMX con la palabra Ninja escrita con letras bien gordas en el título. ¿Y los ninjas? ¿Dónde están? Porque de verdad molaría verlos con bicicletas lanzando churrikens por ahí, por cachivaches que no sea, los ninja matan con todo.

  2. Curiosamente, muchos de quienes opinan que Japón es un país de la polla nunca se han acercado ni a cinco mil kilómetros de su costa :p.

    En mi familia política (la familia de mi novia, para entendernos) hay dos personas que sí han vivido en Japón incluso por largas temporadas (¡¡uno de ellos trabajó como cortador de jamón en un hotel!!). Ciertamente es un país más adelantado que el nuestro (en algunos aspectos MUCHO más adelantado), pero ojo: no todo el monte es orégano. Sí, los japos están bastante tarados en lineas generales, y un gaiyin (extranjero de mierda, o como demonios lo llamen) lo tiene muy chungo para superar ciertas barreras sociales. De hecho, uno de estos familiares míos define Japón, medio en broma medio en serio, como «un país de nazis».

    Lo de los videojuegos estos que he citado en el artículo son sólo dos ejemplos de lo que por entonces la caradura podía impulsarte a hacer programando juegos: coge un juego cualquiera hecho en cuatro días, ponle como título la palabrota de moda y espera a que piquen los incautos :p

    Por cierto, me extraña que nadie haya caído en la cuenta de un error garrafal del texto: la peli que cito como «colosal peli de ninjas» no es El Gran Héroe Americano, obviamente, sino El Guerrero Americano (American Ninja), protagonizada por el jrandioso Michael Dudikoff. Es lo malo que que a veces tiene la gafapastosa costumbre de ver pelis en V.O, que uno no recuerda los títulos en castellano o directamente se hace la picha un lío. Ya está desfacido el entuerto…

  3. Qué epoca la de los ninjas! Yo recuerdo haberme visto muchas de esas pelis ochentosas con superninjas de todo tipo. Pero tampoco he sido un gran fanático del género.

    El Michael Dudikoff este parece ser que fue el «idolo» de mi mujer jajaja

    Poner la palabra «ninja» a los juegos era el equivalente a poner la palabra «super».
    Prueba:
    – Motocross Super / Super Motocross
    – Ninja Motocross / Motocross Ninja

    jajaja!

    EL video no me funciona :/

  4. No he visto ni la serie, ni la película que se han confundido. El rollo ninjas en USA me huele muy pobre, importan el traje, la espada, los shurikens y poco más. No son tan locas como cuando las producen en oriente.

  5. Jose: A mí los ninjas siempre me han molado más que otros guerreros japos con fama de brutotes como los samurais, aunque tampoco he sido talifán. Sólo en tiempos relativamente recientes me he aficionado un poco más, merced a la gran cantidad de cine basura que se ha hecho aprovechándose de ellos. Es como en los videojuegos de antaño: pon en el cartel de una peli la palabra «ninja» y ya te habrás apuntado un gallifante xD.

    Por cierto, el video sí que se ve. Ocurre que los primeros 10 segundos son de fundido en negro. Ten un poco de paciencia y tendrás la ocasión de flipar como nunca, te lo aseguro xD.

    Aka: Repecto a la serie no te pierdes nada. Típico producto que cuando lo vez ahora no te explicas cómo pudo tener el éxito que tuvo. En España, porque en USA, donde sin duda había muchas más series para elegir, duró sólo dos temporadas. Su único atractivo es poder ver en acción al gran protagonista de «House: una casa alucinante» y la más reciente «Alien Vs Hunter», William Katt :p

    El Guerrero Americano es una típica producción Cannon, así que mola por definición. Al menos hasta la segunda parte (hay 5 creo, pero Dudikoff sólo protagonizó las cuatro primeras). Eso sí, como las pelis de ninjas de Tomas Tang o Richard Harrison seguro que no hay nada :p

  6. Lobito: Gracias por el enlace, aunque yo sigo prefiriendo la peli original sin subtítulos: lo de traducirla en plan de coña no me hace excesiva gracia. Es como la versión con subtítulos de coña de Dunyayi Kurtaram Adam (el Star Wars turco, para el que no lo sepa): más que gracioso, queda ridículo. Pero bueno, gracias de todos modos again :p.

    Espero que por enlazar a una descarga no se nos eche encima la golfa de la Sinde. Francamente, antes de decir nada debería ver la peli: aprendería sobre cine y técnicas de guión mucho más de lo que ha aprendido en toda su puñetera vida :p

  7. La peli turca de ninja: 😀 😀 D: D: D:

    Leorojo: ¿hay alguna posibilidad de suscribirse a los comentarios del blog?

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