Durante este verano se conmemoran los 25 años transcurridos desde la presentación del MSX. Aunque nació en Hong Kong con ayuda americana (de Microsoft), el MSX se convertiría en una nueva demostración del poderío económico e industrial japonés, que alcanzó su cenit a principios de los años 80. El estándar MSX fue el primero en gozar de un éxito masivo a nivel del usuario casero, años antes que el formato PC.
El MSX es sin duda el gran desconocido de entre los formatos dominantes en la informática doméstica europea de los 80 (Spectrum, Amstrad CPC, C-64 y el propio MSX). Fue el último de los “cuatro grandes” que desembarcó en el viejo continente, en 1985, y pese a su potencial ganador no pudo superar las trabas que, desde el principio, se encontró por delante. En mercados como el español o el inglés, con el venerable Speccy gozando de una clara posición dominante, el sistema japonés no pudo (o no supo) ganarse la confianza del consumidor pese a la fuerte inversión publicitaria inicial, sobre todo por parte de Sony o Phillips.
El nuevo ordenador se vio inmerso en un pernicioso círculo: la gente prefería seguir comprando los sistemas más asentados, que garantizaban acceso fácil a gran cantidad de software; las casas de software preferían seguir apostando por aquellos sistemas que garantizaban buenas ventas, relegando al MSX a un plano secundario; menos programas y “más cutres” hacían que, a base de comparar, la gente siguiera prefiriendo lo ya conocido. Por añadidura, y al menos en España, existía la opinión entre usuarios y potenciales compradores de que el MSX era poco más que un clon del Spectrum, encima más caro.
Como la arquitectura base de ambas máquinas era semejante, las casas de software se limitaban, en la mayoría de casos, a portar sus programas directamente del Spectrum porque no salía a cuenta gastar tiempo y dinero en desarrollar soft para una sistema “minoritario”, con poco potencial de ventas. Para encontrar programas que le sacasen verdadero provecho a la máquina había que tirar del material que distribuía Konami en Europa, bastante escaso por lo general, o bien acudir directamente al mercado asiático / japonés, algo que en una época sin Internet ni importadores dispuestos a “mojarse” sonaba poco menos que quimérico.
Antartic Adventure, uno de los muchos magníficos juegos creados para el MSX.
Pese a todas estas trabas, el MSX se ganó un buen puñado de fans europeos, que veneran este cacharro como se merece. Yo nunca estuve entre ellos (mayormente por desconocimiento, como casi todo el mundo), así que he dedicado estos últimos días a “husmear” en busca de joyas. Como hice hará cosa de un año con el CPC, me bajé un buen puñado de juegos, muchos de ellos japoneses, y me dispuse a averiguar el verdadero potencial de la máquina y a saborearlo en todo su esplendor, de la mano de esa maravilla de emulador que es el BlueMSX. La conclusión es que, puesto en buenas manos, el MSX era un ordenador con unas posibilidades fantásticas, a la par de los mejores de su generación y desde luego bastante superiores a las del Spectrum, del que tanto se “benefició”. Y no digamos ya si hablamos de las posteriores evoluciones del estándar, MSX 2 y TurboR, que tienen en su catálogo auténticas maravillas que poco o nada tienen que envidiar a buena parte de lo producido para el ST o el Amiga, considerados los “pepinos” del hard doméstico de la época.
Es una pena que en Europa (y por ende en España) no se le sacase a este aparato todo su potencial, por culpa de unos usuarios “ciegos” y de unos programadores generalmente poco interesados. Por supuesto que alguna cosa se hizo, en particular de mano de gente como la de Opera y Topo Soft, que fueron las únicas casas de software españolas que, de entre las grandes, se tomaron al MSX con un mínimo de seriedad, aunque se trató más que nada de las excepciones que confirmaban la regla. Por fortuna las cosas han cambiado, y hoy en día es posible encontrar a europeos más MSXeros que nadie. Cosas como SymbOS o el genial Txupinazo!, el primer “simulador de Sanfermines”, demuestran lo que se puede hacer en Europa con este estándar, tan injustamente ninguneado por aquí en su momento. Nunca es tarde si la dicha es buena.
Si quieres saber más puedes echarle un vistazo a este estupendo artículo del Blog de Manu.
One Chip, toda la potencia de la saga MSX en la palma de una mano.