El primer tercio de 2019 ha sido realmente prolijo en cuanto a novedades para nuestro querido Spectrum. Hace solo unos pocos nadie hubiese imaginado que, en vísperas de alcanzar la tercera década del siglo XXI, el pequeño Speccy gozaría de tan buena salud. Una situación envidiable de la que pocos coetáneos suyos pueden presumir, si es que alguno puede.

El impulso de certámenes como el ZX-DEV, junto con el empeño de numerosos freelancers dispuestos a sacrificar tiempo (cuando no dinero) en lo que para ellos es más que una afición, dejará para la posteridad alguno de los mejores juegos aparecidos para el Spectrum en los últimos años. Más de uno lo he comentado por aquí. Otros merecen, como mínimo, reseñas destacadas. Y de eso va esta entrada del blog: de reseñar las últimas novedades a las que he podido hincar el diente:

Manic Pietro

«Secuela» de Pietro Bros, remake de Mario Bros que hace dos años sorprendió a propios y extraños gracias al espectacular rendimiento que sacaba al motor gráfico Nirvana+ del brasileño Einar Saukas. Su autor, Christian González, vuelve con otro remake (en este caso de Manic Miner) y lo hace superándose a sí mismo con un programa excepcional, que revoluciona por completo el concepto del juego creado en 1983 por Matthew Smith. No ya por el colorido que despliega ante nosotros sino por los veinte niveles extra que añade, diseñados como un simpático homenaje al mundo del Spectrum y alguno de sus totems más destacados en la escena retro actual. El nivel de dificultad sigue siendo alto como no podía ser de otro modo, pero jugarlo es una delicia. En especial para la vista, huelga decir. Se puede bajar de aquí.

Booty: el remake

En 1984 Booty trastocó los conceptos asociados a los juegos budget o de bajo presupuesto, por lo general de baja calidad y destinados a un mercado «de segunda división», para gente con pocas exigencias y menos dinero. Sin ser tampoco la quinta maravilla de la ciencia resultó que Booty no estaba nada mal, y el público se entusiasmó con él hasta el punto de vender más de doscientas mil copias en muy poco tiempo.

El remake que nos ocupa se incluye entre los participantes de la ZX-DEV, auténtico semillero de grandes títulos cuyo número y calidad sorprende para estar destinados a una máquina que «calza» casi cuarenta años. El juego esta bastante bien, a decir verdad, pero a mi entender pierde en simpatía todo lo que gana en facetas tecnológicas. Se puede bajar de aquí.

Aliens: Neoplasma

Otro producto ZX-DEV, aunque curiosamente no se trate de un remake en sentido estricto ni de un juego inspirado por algún título añejo que no se llegó a publicar. En esta web ya hemos recogido suficientes aspectos sobre la vida y milagros de Alexndr Udotov como para no tener que presentarlo. Formando terna (el programa es suyo, pero los gráficos y la BSO son obra de sendos colaboradores), SaNchez vuelve a entregar un juego que hace gala de sus habilidades, aunque no alcanza el nivel magistral de ocasiones precedentes. A los gráficos les falta variedad, lo que contribuye a que el juego se haga algo monótono.  Y el nivel de dificultad llega a ser fustrante en ocasiones, lo que no anima precisamente a dedicarle muchas horas. Aquí puedes jugarlo desde el navegador.

Cómeme el chip

Sergio Vaquer Montes es un clásico en la scene española del Spectrum. Tan clásico como su último juego o casi, basado en el adictivo Chip´s Chalenge que Epix lanzó en 1989 para apoyar la videoconsola Lynx, pero que también conoció versiones para otros sistemas entre los que, por descontado, figura el Spectrum.

El hecho de estar programado íntegramente en BASIC no nos privará de disfrutar un juego que no parece lo que es. Dos modos de juego, una constelación de niveles y un entorno gráfico más que aceptable forman un potaje que si destaca por algo (¿os parece poco?) es por la calidad del sonido. Incluyendo una fabulosa melodía de presentación y voces digitalizadas durante la partida. En pocas palabras, im-pre-sio-nan-te. Descárgalo de aquí.

PTM

A un agente secreto al borde del retiro le encomiendan destruir el entramado criminal de un narcotraficante, y ganarse así el derecho a un retiro digno. Dividido en fases muy variadas entre sí, este coqueto juego presenta un acabado elegante a pesar de su sencillez, sólo aparente. Y por añadidura, es bastante entretenido. Se puede bajar de aquí.

Redshift

Aunque como norma general no soy muy amigo de los matamarcianos, este juego exclusivo para Spectrum 128 merece destacarse por la dedicación de su programador. No ya por el hecho de que se haya esforzado hasta alcanzar unos elevados estándares de calidad en todas las áreas técnicas, sino por aspectos más peculiares. Redshift se ofrece en dos versiones definidas por la forma en que cargan, normal o turbo. Jugando con un emulador no tiene mucha utilidad que digamos, pero de esta forma el autor viene a dejarnos claro que lo suyo es tener a mano un Spectrum de verdad para cargarlo.

Y para disfrutarlo, pues ya hemos comentado que sus estándares de calidad son más que elogiables. Una vez transcurrida la introducción (muy currada), elegido el nivel de dificultad (entre tres) y el idioma, da comienzo un juego que se caracteriza por la rapidez y suavidad de sus movimientos. La dificultad es muy alta, aunque cabe decir que a mí se me suelen atragantar los escenarios monocromos en esta clase de juegos. Pero al «fiera» que logre adaptarse sin problemas le espera un juego largo (muchos niveles) y con dos finales distintos, uno bueno y otro… no tan bueno. Descárgalo desde aquí.

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