Los videojuegos, al igual que sucede con el cine y con casi cualquier faceta de la creación humana, siguen los dictados de la moda. El éxito de un videojuego marca muchas veces el devenir del mercado, como un faro que los que vienen detrás usan para seguir el camino previamente trazado con mayor o menor fortuna.
¿Y quién dijo que las modas son malas? La enorme popularidad de las aventuras gráficas durante los años noventa hizo posible que un genio como Manolo Kabezabolo tuviera su videojuego.
El Spectrum no fue ajeno estos hechos, y un producto de éxito era rápidamente imitado por bienintencionados, oportunistas y caraduras varios, prestos a sacar tajada del nicho abierto por una creación seminal. Así, la más que buena acogida que tuvo Decathlon puso en el candelero todo un subgénero dentro de los juegos deportivos: el de los llamados “juegos de olimpiadas”, que a partir de entonces empezaron a publicarse como churros. En la actualidad tenemos el ejemplo de los FPS o los ETR, dos subgéneros que partiendo de sendos bombazos indiscutibles (Doom y Dune) mantienen su vigencia a día de hoy, aunque desde mi punto de vista hace años que su evolución se ha estancado más allá de los aspectos técnicos inherentes al progreso de ordenadores y consolas.
De casos como los citados o de los que se nos puedan ocurrir, tal vez el más curioso de todos sea el de los llamados “machacaladrillos”. Poco podía imaginar Steve Jobs (sí, el tío que fundó Apple) cuando Atari le encargó una versión de Pong para un solo jugador que el resultado de su trabajo, Breakout, originaría una moda desatada… diez años después y al otro lado del charco, en la Europa dominada por micros de ocho bits como el Spectrum. Cierto que el detonante fue la versión para ordenadores domésticos de una recreativa japonesa, la cual no hacía otra cosa que adaptar Breakout a la moda de los matamarcianos con power-ups efectuando de paso el obligatorio lavado de cara técnico. Sin embargo dicha recreativa tampoco estaba entre las más conocidas por el gran público, hasta el punto de que muchos usuarios de Spectrum desconocían su existencia. Las causas del éxito de este género y el porqué de su rápido declive las analizábamos en la siguiente Leyenda:
Leer Machacaladrillos en el Spectrum.
El bombazo de juegos como Arkanoid II anticipó la burbuja inmobiliaria española: como aquella, tenía que ver con el ladrillo e hizo ricos a unos cuantos; y como aquella, duró un suspiro y se desinfló de golpe.
Estupendo artículo, y que buenos recuerdos me trae el arkanoid, la verdad es que todos los generos de puzzle/habilidad siempre fueron considerados como tu bien dices de 3ª fila, ya que aunque todos nos viciamos con ellos, no nos deslumbraban tanto como las conversiones de recreativas, pero ¡Que grandes juegos, arkanoid, tetris, Loopz, pipemania…!
PD: Pásate por mi web http://www.maquinitas.jimdo.com y si te gusta y te parece nos enlazamos. ¡Un saludo!
Gracias por las partes que me tocas :p.
Suelo visitar tu web cuando en Retroinvaders se hace pública una nueva actualización, así que Maquinitas no me resulta desconocida. En cuanto a lo de enlazarnos me parece genial, y de hecho ya he enlazado tu web dentro del apartado «Páginas sobre emulación».
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¡Un abrazo!