Desde hace unos días, esto es lo primero que se encuentran quienes van a visitarme a casa:
La gracia de este peculiar felpudo reside en que los marcianitos saludan al visitante, gracias a la energía de cuatro pilas AAA y un sensor (activado mediante un interruptor oculto) que los “despierta” cuando alguien se acerca:
Al carajo esos felpudos anodinos que todo el mundo tiene. Este mola mucho más ¿no?