Observen esta fotografía:
Efectivamente, el tipo que aparece en ella es Sir Clive Sinclair. Eso lo sabemos todos. Lo que no tantos sabrán es que el boceto que sostiene en las manos pertenece a un diseño del C15…
En 2015 se celebrarán treinta años del lanzamiento del Sinclair C5, el «coche» con el que Sir Clive pretendía revolucionar el transporte urbano; un sueño materializado contra toda lógica y que, como era de esperar, acabó en pesadilla y significó la estocada definitiva a la empresa que había comercializado el Spectrum. Lo más estrambótico de todo este asunto es que los planes de Tito Clive, empeñado en sembrar Europa de coches eléctricos, no se detenían ahí: si el C5 hubiese sido un éxito, con el tiempo habrían llegado sus herederos C10 y C15, que en las revistas de la época fueron simples citas a pie de página y nunca pasaron de ser meras ideas, materializadas en algún que otro boceto como el que se muestra en la foto.
Sobre ellos todo era pura especulación. Del C15, destinado a ser el «tope de gama» de la familia de vehículos Sinclair, solo se sabía que al igual que el C10 (biplaza con un diseño muy parecido al del actual Renault Twizy), tendría techo y sería «más coche» que sus hermanos pequeños, manteniendo por supuesto la propulsión eléctrica como característica más destacada. En la Wikipedia se dice que sería un cuatro plazas en toda regla capaz de andar a 130 km/h, algo que hoy es bastante común para un vehículo eléctrico; medio de transporte que sigue siendo caro, poco rentable y por tanto minoritario, pero con una presencia creciente al menos en grandes núcleos urbanos. A mediados de los años 80, empero, semejante propuesta era una auténtica locura y constituía un reto enorme (comercial y tecnológico) para el atrevido que recogiese el guante. Al final, claro, no pudo ser.
La foto la ha colgado en Facebook el italiano Salvatore Lassorella, a través de esta página web.