No es este el momento de escribir nada sobre Daley Thompson´s Decathlon. Para empezar porque ya lo hice a su debido tiempo y no ha lugar insistir sobre un juego del que ya se ha dicho y escrito todo lo necesario y más aún.
Por supuesto eso no quita para que siga siendo estupendo. En opinión de muchos el juego «de olimpiadas» por excelencia para el Spectrum, aun habiéndolos mejores, porque no en vano fue el que disparó la fiebre por esta clase de potajes en el micro de Sinclair tras algunos intentos fallidos de reflejar en él la esencia de recreativas como Track & Field. Todavía se puede disfrutar mucho gracias a él, con el añadido de su candor e inocencia actuales y el hecho de que el teclado de los ordenadores de hoy no se parece en nada al del viejo «Gomas» (afortunadamente) y puede «machacarse» sin excesivos reparos.
Bueno, más o menos.
«Quise batir todas las marcas corriendo los mil quinientos metros en nueve segundos y medio y…»
El ínclito Mike Myers contribuye a la memoria de este juego intemporal con dos partidas, una para cada día del evento. Aunque no alcanza los registros de otras partidas que pueden verse en YouTube las puntuaciones obtenidas son bastante aceptables, y es más que seguro que en ambos casos terminó con agujetas en los brazos. ¿Quién dijo que pasar las horas con videojuegos implicaba ausencia de ejercicio físico?