Que la muerte forma parte de la vida es un hecho tan manido como obvio. Nos guste admitirlo o no, la realidad es que un día la muerte nos dará alcance por mucho que tratemos de escondernos, aunque muchas veces, demasiadas, sea una hija de puta caprichosa, arbitraria y cruel. Jonathan Smith murió la mañana del 26 de junio de 2010 tras una larga enfermedad. Sólo tenía cuarenta y tres años.
Para la inmensa mayoría de los mortales Jonathan “Joffa” Smith era un personaje anónimo, pero no así para los aficionados a los viejos videojuegos de los ochenta y al Spectrum, entre quienes la noticia cayó como una bomba extendiéndose como la pólvora. Se ha ido uno de los grandes autores de videojuegos en la época dorada de los ocho bits; un tío que con sus obras dignificó al Spectrum, demostrando que pese a las limitaciones del sistema, si se programaba bien se podían hacer grandes cosas con él.
Jonathan trabajó durante años en la casa de software Ocean / Imagine, en la que sacó a relucir su talento convirtiendo al Spectrum grandes éxitos de recreativa. Nadie más que él habría sido capaz de tomar máquinas como Hyper Sports, Green Beret o Terra Cresta y hacerlas lucir dignamente en una máquina tan limitada como el Speccy. Hoy día todos ellos siguen siendo perfectamente jugables, y figuran merecidamente entre lo mejor que se publicó nunca para el invento de Sir Clive. Otro de sus juegos, Cobra, ejercicio de psicotronía creativa basado en la peli de Stallone al que ya dediqué una reseña, es en mi opinión una autentica obra maestra. Jonathan Smith tenía diecinueve años cuando lo terminó en 1986, y no hace falta que un aficionado a los videojuegos lo conozca para pasar un rato realmente divertido con él, Rara cualidad que sólo está al alcance de un puñado de maravillas como aquella.
Green Beret, una de las mejores conversiones de recreativa jamás realizadas para el Spectrum.
Se ha muerto Jonathan Smith; y es una pena porque más allá del triste hecho de morir, y al contrario de otros programadores famosos de la época, el hombre se mantenía en contacto con la comunidad de aficionados al Spectrum, bien a través de los foros de World of Spectrum (de los que era un participante activo) o bien a través de cualquiera que quisiera hacerle una entrevista, en las que hacía gala de un fino sentido del humor. Tampoco descartó la posibilidad de volver a trabajar en la realización de un nuevo juego para el Spectrum, y de hecho con su muerte deja algunos proyectos en el tintero. El tiempo no pasa en balde para nadie, es verdad, pero a los cuarenta y tres (43) años nadie debería morirse a menos que fuese un hijo de la grandísima puta, cosa que no me consta que fuese “Joffa”. Más bien al contrario, parecía un tipo majo, y de lo que no cabe ninguna duda es que era uno de los mejores programadores de videojuegos que han existido nunca. La muerte, como casi siempre, vuelve a hacer gala de su macabro gusto por tocar los cojones.
Accede a la ficha de Jonathan Smith en World of Spectrum.
Imagen de Saucer, proyecto inconcluso de Jonathan.
Coincido completamente… la muerte no suele visitar mucho a los bushes, ni aznares, ni a tantos despreciables que camapn por el mundo 🙁
Lo que más me gustaba de este hombre es que era perfecto conocedor de las limitaciones de la máquina donde programaba. Nada de multicarga, 48K o 128K sobran para dar diversión a raudales.
Supertest en 128K era una joya, horas y horas de diversión en familia aporreando el teclado (aún recuerdo las competiciones a dos jugadores simultáneos).
Pero Green Beret y Terra Cresta ya fueron el acabose, ejemplos para la posteridad de cómo hacer las cosas bien sean cual sean las limitaciones. 48K para meter una recreativa entera y que encima quede igual de bien o mejor que la original.
Se ha ido un artista, un genio, un monstruo del ensamblador.
Que en paz descanses «Joffa»!
Seguiremos disfrutando y admirando tu legado por siempre…
Saludos desde Chile…