El ruso Aleksander Udotov, más conocido como SaNchez, se ha labrado una bien merecida fama como autor de dos de los mejores juegos lanzados para el Spectrum en los últimos tiempos. Con Castlevania hizo realidad un proyecto desarrollado a lo largo de siete años. Desde entonces podría decirse que rompió una barrera, como esos equipos de fútbol que tardan varios partidos en marcar un gol y a partir de ahí se desmelenan: su siguiente juego, Mighty Final Fight, solo tardó tres años en llegar. Ahora Udotov sale de nuevo a la palestra, y lo hace transcurridos apenas unos meses de aquel lanzamiento, lo cual se agradece. Y si encima mantiene el listón de calidad tan alto como acostumbra, pues se agradece aún más.
Es el caso de Vradark´s Sphere: mantiene alto ese listón, sobre todo teniendo en cuenta el matiz de que, al parecer, estamos ante un programa hecho un poco «deprisa y corriendo», en paralelo a otro destinado a romper moldes y en el que SaNchez está volcando toda su capacidad. Teniendo eso en cuenta, repito, Vradark´s Sphere cumple sobradamente con lo que cabe esperar de él, aunque no tengo clara la idoneidad de ponerlo a la venta en lugar de distribuirlo gratuitamente. Aquí entramos en una cuestión espinosa: si SaNchez me pidiese soltar pasta, lo haría por otro de sus juegos antes que por este, aunque me parezca bien que en esta ocasión quiera obtener algo a cambio de su trabajo y además no pida nada que no sea razonable (la voluntad, a partir del mínimo de un dólar).
La razón es que Vradark´s Sphere no alcanza la brillantez de sus antecesores. Nada más empezar a jugar se nota que es un producto «menor» respecto a aquellos. Su aspecto gráfico es mucho más funcional, alejado de cualquier preciosismo, aunque resulta muy digno, sobre todo para la clase de juego que es. En mi primera partida, no sé si por despiste o por el cansancio acumulado tras un día entero currando (porque el trabajo dignifica, ya saben), quedé sorprendido al ver que todo se desplazaba «a saltos» cuando me movía. Enseguida caí el guindo porque resulta que Vradarks Sphere es un juego de rol por turnos: primero te mueves tú y acto seguido el ordenador «responde» moviendo sus piezas. Controlamos a un mago que ha de localizar la salida de la mazmorra en la que está encerrado, una mazmorra que por supuesto está repleta de enemigos, trampas y ayudas, generalmente en forma de pócimas.
Aunque recuerde de algún modo a un arcade tipo Gauntlet, todo en este juego es puritito rol, y por si hubiese alguna duda el mecanismo de juego por turnos te lo deja claro inmediatamente. El componente RPG está muy edulcorado, eso sí, y en consecuencia el juego parece un estofado entre rol y arcade con elementos tomados de otros programas como Temple of Apshai pero en especial de Rogue, un olvidado programa de 1988 con el que guarda un parecido bastante razonable…
No obstante, huelga decir que Vradark´s Sphere es muy superior, y al ser su manejo tan sencillo se le coge el aire con rapidez. Aunque el nivel de dificultad no es bajo, está lo bastante equilibrado como para que sea posible explorar una buena porción de la primera mazmorra sin apenas necesidad de practica. Esa mazmorra, por cierto, conforma la versión demo del juego, que podremos probar antes de decidirnos a comprar el juego entero. Indudablemente se trata de un buen detalle, que contribuye a redondear lo que, después de todo, no deja de ser un buen juego. Uno al nivel de lo que cabe esperar siendo su autor quien es, aunque sea «menor».