Si hay un juego controvertido en el catálogo de Ultimate, ése es sin duda Gunfright. Lanzado durante los primeros compases de 1986, pocos meses después de Nightshade, no tardó en recibir críticas negativas por su evidente parecido con aquel. Comentarios en plan «Más de lo mismo» o «Nightshade en el Oeste» se citan entre lo más positivo dicho sobre el juego en la mayoría de revistas especializadas y entre la mayoría de usuarios «de a pie» que pudieron catarlo en primicia, sin darse cuenta del pequeño tesoro que tenían delante. O negándose a reconocerlo, pues hubo quienes se atrevieron a citarlo entre los mejores programas de la firma británica… solo para convertirse en dianas de la hilaridad general. Pero resultó que estos últimos llevaban razón. El juego merecía una oportunidad que iba más allá de unos pocos minutos de prueba, y si se la concedías no tardaba en mostrar todo su potencial. Un auténtico arcade isométrico 3D que nos devolvía a las raíces de Ultimate (y a su mejor época en opinión de muchos), brindando un producto que aunaba la vanguardia tecnológica del sistema Filmation II, marca distintiva de Nightshade, con la diversión de Cookie o Pssst que le faltaba a aquel malhadado juego. El resultado era sorprendente y funcionaba de maravilla pese a su dificultad, casi demencial en fases como la del duelo con el forajido de turno. Esa dificultad pasada de rosca era uno de los pocos aspectos mejorables de un programa por lo demás excelente, ideal para echar una tarde como si tal cosa incluso entre amigos, pues permitía el concurso de hasta dos jugadores por turnos luchando por ver quién hacía más puntos o llegaba más lejos, mientras procuraba no tener que costear demasiados funerales por convertir a las viejas del pueblo en coladores…

Ahora, un grupo de programadores rusos lanza una versión remasterizada de este pequeño clásico que incorpora numerosas características ausentes en el Gunfright original y permite la modificación de otras. Empezando por la dificultad, regulable en tres niveles básicos pero que también permite modificar otros aspectos como el comportamiento de los forajidos en las fases de duelo. Gunfright Returns es personalizable hasta aspectos inauditos, pues se puede hasta modificar la fisonomía del pueblo en que transcurre la acción y tener la opción de usar el ratón para apuntar y disparar, lo que facilita sobremanera la limpieza de chusma que, como sheriff, se nos ha encomendado. Esta nueva versión de Gunfright está pensada para funcionar en los Spectrum de 128 Kb, y por ello los autores han «importado» la música y parte de los efectos de sonido de la versión para Amstrad CPC. Sin embargo el juego no deja de ser compatible para los modelos de 48: detectará automáticamente la máquina sobre la que corre y actuará en consecuencia, limitándose a ejecutar el programa original de 1986… sin perder la posibilidad de disfrutar los añadidos incorporados a esta nueva versión, excepción hecha de música y sonido. Ah, y esta vez también disponemos de un mapa del pueblo, que ciertamente tampoco se echaba en falta porque la superficie de juego es pequeña y con ayuda de los «chivatos» saltarines que señalan dónde pululan los forajidos, ya resultaba fácil localizarlos. En resumen, Gunfright Returns da una vuelta de tuerca al original de 1986, haciéndolo más disfrutable de lo que ya era. 

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