Los visitantes asiduos de la antigua web de El Spectrum Hoy conocían de sobra (y conocen) mi poca predisposición hacia las fiestas de Navidad. Para mí, la Navidad tenía sentido de niño: representaba un merecido antídoto contra la escuela y la inutilidad de lo que allí se aprendía, cosa que molaba; y por añadidura, Papá Noel te regalaba juguetes con los que esquivar el aburrimiento durante las dos semanas de tiempo libre que tenías por delante, cosa que molaba aún más. Hoy día, la mayoría de nosotros sólo puede descansar en Navidades si previamente se ha reservado unos días de vacaciones para gastarlos en esas fechas, y del tema de los regalos mejor no hablar, porque la perversa dinámica del “regalo por compromiso” o del “joder, tengo que salir a comprar regalos para Fulano porque él me regala a mí” revuelve el estómago de más de uno en cuanto el mes de diciembre asoma en el calendario.
Pero también sé de mucha gente a la que le gusta la Navidad, y que además tiene buenos motivos para desear su llegada por encima de la simple parafernalia comercial que la rodea. Eso es algo que desde mi punto de vista hay que respetar, y desde que en agosto de 2005 la sección de editoriales comenzó a existir como tal, El Spectrum Hoy siempre ha reservado un huequecillo para desear felices fiestas a aquellos que consideran que la Navidad es algo bonito y que merece la pena. Lo cortés no quita lo valiente, dicen.
Por eso creo que este es un buen momento, no sólo para felicitar las Navidades a aquellos que se las tomen en serio por cualquier motivo, si no también para comenzar a subir material de la antigua web reconvertido a nuestro flamante nuevo formato, que por estas fechas cumple su primer mes de vida. Por consiguiente, os deseo desde aquí que lo paséis de puta madre durante estas fechas, y os dejo los enlaces a las felicitaciones de años anteriores. Para que si sois nuevos en esta plaza os sintáis felicitados por este año, por los anteriores (más vale llegar tarde que no llegar) y por los que vendrán. A vuestra salud.
«¡Feliz Navidad, bastardos, ho, ho , ho!».