Aunque el vídeo que viene a continuación ya sea algo antiguo (dos años), es perfecto para las fechas estivales en las que nos encontramos. Su autor recopila en él diez conversiones de recreativa para Spectrum licenciadas oficialmente por los padres del erizo Sonic. Sus favoritas, pero que bien podrían ser, también, las de cualquiera. Diez sugerencias para echar la tarde jugando con nuestro Spectrum sin el menor rubor.

En los 80, Sega llegó al cenit de su trayectoria gracias sobre todo a la producción de videojuegos  para salones recreativos. Apoyándose en un hardware excelentemente desarrollado, un grupo de magníficos profesionales (empezando sin ir más lejos por Yu Suzuki) realizaba lanzamientos que no sólo se sucedían en cascada, sino que además alcanzaban un nivel de calidad muy elevado en la inmensa mayoría de casos. Calidad y cantidad resultaban en popularidad, por lo que no sorprende que muchos de estos juegos tuviesen su correspondiente versión para los ordenadores caseros más difundidos. Incluyendo al Spectrum, por supuesto.

Según World of Spectrum la cifra de conversiones de aquellas «maquinitas» supera el centenar, y contagiadas de algún modo por la tónica imperante en la casa matriz muchas de ellas resultaron ser francamente buenas. Incluso tratándose de juegos realizados sin licencia oficial, «fusilándola» con más o menos descaro. Es el caso, por ejemplo, del West Bank de Dinamic, que no puede negar su origen (la recreativa Bank Panic) por mucho que la prensa española de la época se empeñase en ocultarlo. Porque en España lo que hay son medios de propaganda, no de información.

Describiendo visualmente el método de trabajo más habitual durante la «edad de oro» del software español.

Pero lo cortés no quita lo valiente: el autor incluye West Bank en el vídeo porque el juego, admitámoslo, merece ese reconocimiento: con sus defectos, estaba y está muy bien hecho. Es curioso cómo el tiempo ha contribuido a mejorar la impresión general sobre un juego recibido en su día con cierto recelo por su desarrollo reiterativo… que por otra parte era el mismo defecto que pesaba sobre la máquina de Sega. Hoy es un juego que más allá de la nostalgia se disfruta bastante, para qué engañarnos, igual que se disfrutan todos los de la selección aquí incluida. Puede que no estén todos los que son. De hecho, en el vídeo hay ausencias que podrían considerarse imperdonables como la de After Burner, pero el autor las justifica queriendo alejarse un poco de lo excesivamente conocido porque estamos ante una selección muy corta, que no llega a cubrir ni el diez por ciento de un catálogo inmenso.

Como siempre, lo interesante de listas subjetivas como esta se encentra en lo que sugiere, dando ideas para divertirse y animando a buscar y probar juegos que no aparecen en ella. De lo que no hay duda es de que todos los programas seleccionados son magníficos. Hasta los más modernos, en los que ya se notaba demasiado la diferencia tecnológica existente entre unas coin op cada vez más avanzadas y el Spectrum. El ordenador estuvo obligado desde el principio a llevar un lastre a cuestas por su modestia, pero en la década de 1990 resultaba evidente que no podía cargarlo y seguir el paso de una industria que avanzaba más aprisa que nunca.

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