Cuando era pequeño Sir Clive era para mí un dios, un tipo infalible y sin duda un modelo a imitar para cuando me hiciese mayor. Y como yo eran muchos quienes lo tenían en un pedestal, aunque ese pedestal no tardaría en resquebrajarse por culpa de los berenjenales varios en que los se metió el creador del Spectrum, con el QL y el C5 a la cabeza.

1985 fue sin duda el annus horribilis de Clive: a los fracasos profesionales anteriormente citados, que hicieron saltar por los aires su prestigio como empresario, hay que unir el divorcio de su esposa, con la que llevaba largo tiempo casado. Pese a todo nunca dejó de ser considerado un individuo cabal e inteligente. Muy inteligente. Miembro de Mensa International, organización que presidió de 1980 a 1997, su fama de “cerebrito” es notoria sobre todo en Inglaterra. Como también lo es su querencia por participar de cuando en cuando en programas de televisión, porque no es la primera vez que Sinclair ha prestado su imagen a la pequeña pantalla, demostrando que es un hacha.

O tal vez no. Un grupo de admiradores de Sir Clive en Facebook ha compartido un curiosísimo video, en el que se demuestra que nuestro amigo no es el “cerebrito” que muchos pensaban. Se trata de un programa concurso de la BBC, típico programa de preguntas y respuestas en el que el concursante de turno ha de responder a la mayor cantidad de preguntas en el menor tiempo posible. Aunque el endiablado parloteo del presentador convierte su inglés en casi ininteligible, al menos para mí, tampoco es estrictamente necesario saber idiomas para comprender el discurrir de los acontecimientos y el sorprendente final.