Parece que fue ayer cuando le dábamos la bienvenida y resulta que 2007 está exhalando sus últimas bocanadas. En mi opinión ha sido este un año muy bueno para el mundillo Sinclair, repleto de noticias y acontecimientos interesantes. Pero sobre todo, 2007 ha estado marcado por la conmemoración de los 25 años del Spectrum, acontecimiento del que ahora estamos viviendo la resaca y que para mi sorpresa ha merecido hueco en medios de comunicación de masas, como periódicos de gran tirada nacional e incluso la TV. Eso y que los colegas de La Hora Chanante (ahora convertida en Muchachada Nui) se acuerden de vez en cuando del pequeño aparatito con teclas de goma, dice mucho sobre que el Speccy y su recuerdo continúan bien presentes en la memoria popular.
¿Y qué nos espera para 2008? Pues si nos lo sabemos montar bien, este año olímpico que se avecina puede depararnos tantas satisfacciones como el anterior. Si en 2007 celebrábamos el surgimiento del fenómeno Spectrum a nivel hardware (el nacimiento del ordenador), en 2008 celebraremos el surgimiento del fenómeno Spectrum a nivel software: 1983 fue el año en que el Speccy explotó como fenómeno de masas, a raíz de la aparición de decenas de casas de software que comenzaron a lanzar programas para aquel “insignificante” cacharro en gran cantidad. En 2008, y por citar sólo un puñado de ejemplos, se cumplen 25 años de Manic Miner, 25 de Durell Software o 25 de La Pulga y Fred, auténticos orígenes de lo que llegaría a ser la edad de oro del software español. En ningún caso se trata precisamente de moco de pavo.
Sin embargo (y sin desmerecer a nada ni a nadie) pocos negarán que un nombre destaca sobre todos los demás: Ultimate. La casa de software británica es, tal vez, la casa de software europea por excelencia, la más famosa durante la época gloriosa de los 8 bits y la más reconocida y recordada todavía hoy, incluso por personas ajenas al mundillo del Spectrum en el que Ultimate gestó la mayor parte de su leyenda. Ante el advenimiento de las bodas de plata de aquella maravillosa aventura, he pasado muchos de mis últimos ratos libres releyendo material como esta jugosa entrevista, y jugando con las maravillosas aventuras de los hermanos Stamper. Resulta increíble comprobar cómo después de tantos años, todo el material relacionado con ACG sigue conservando el halo mágico y misterioso que le caracterizó, y cómo la inmensa mayoría de sus juegos conservan la misma frescura y la capacidad de divertir que tenían cuando se publicaron. Es entonces cuando te das cuenta de que estás ante algo muy difícil de encontrar, algo que no pasa de moda. La grandeza de Ultimate es tal que llega incluso hasta al material que no publicaron: Mire Mare es actualmente el M.I.A. más deseado y soñado por los todavía fanáticos del Spectrum, y si algún día se llegase a ver la luz estoy convencido de que muchos no vacilarían en pagar por tenerlo.
Porque ése es precisamente el mayor problema para organizar un posible homenaje a Ultimate: la pasta. Todo lo relacionado con la compañía aún está sujeto a derechos de autor por parte de RARE (heredera directa de Ultimate, hoy propiedad de Microsoft). Y para organizar algo, por ejemplo en el ámbito de una feria retro o algo similar, es seguro que antes habría que contar con ellos y quién sabe si “pasar por caja”. Ojalá le viesen el lado positivo a las propuestas (la publicidad que otorgaría la conmemoración de un aniversario así) para darles su visto bueno sin incurrir en abusos, con su apoyo incluso. Sería algo sensacional, sin duda, y a mí no me gustaría perdérmelo por nada del mundo. Gente dispuesta a sacrificar tiempo libre por algo así seguro que no faltaría. Esperemos a ver qué ocurre, pero mientras tanto nos quedan los geniales juegos de Ultimate para disfrutar como sólo esta cuadrilla de genios se merece.
Y por cierto: para todos aquellos que se tomen en serio esa parafernalia, FELIZ NAVIDAD. No es ningún secreto que a mí lo de las Navidades me tiene completamente sin cuidado de puro absurdo e insultante que me parece, pero lo cortés no quita lo valiente, ¿no? Pues eso: disfrutadlas con salud y cuidadín con hacer el gilipollas, sobre todo en nochevieja y más si os ponéis al volante.