En sus comienzos, la de los videojuegos fue una historia de nombres propios, no tanto de los juegos en sí como de los tipos que los hicieron realidad, contribuyendo a la creación y expansión de un negocio que hoy se encuentra entre los mayores del mundo.

Los ilustradores son los grandes olvidados de esta historia de nombres. Internet y la existencia de herramientas como Steam ha reducido su importancia al mínimo, pero hasta hace relativamente poco tiempo la necesidad de una buena ilustración en la carátula era imprescindible para vender un juego de ordenador o consola. Al principio eran los mismos autores del juego los que se encargaban de dibujarle una carátula lo más chula posible, pero pronto se hizo evidente que si se quería destacar sobre los demás en un negocio cada día más competitivo, una cinta o cartucho bien presentado podían aumentar las ventas en la tienda de turno. Las casas de software acabaron contratando a dibujantes profesionales cuyos nombres, por desgracia y salvo honrosas excepciones, nunca han traspasado la barrera del anonimato.

Una de esas excepciones es sin duda Alfonso Azpiri. Nacido en Madrid en 1947, su ya prolija carrera como ilustrador y dibujante de cómics dio un giro definitivo cuando en 1985 los jovencísimos hermanos Ruiz, prebostes a la sazón de Dinamic Software, contactaron con él para ofrecerle un encargo del que surgió la portada de Rocky y acabó en una duradera relación fraguada a lo largo de unas cien ilustraciones, carátulas para videojuegos y diversa publicidad de estos, convertidas en una de las más inconfundibles señas de identidad de la empresa.

Azpiri, que ya era conocido en el panorama del cómic underground europeo, alcanzó así una notoriedad pública que le hace sobresalir entre figuras como la de Bob Wakelin, “dibujante oficial” de Ocean Software, una de las empresas de videojuegos más grandes del mundo en la década de 1980, que pasó desapercibido como un currante más de la firma británica hasta que Internet acudió en su rescate y le dio a conocer no ya como el gran ilustrador que es, sino como un personaje realmente divertido incluso a la hora poner sus propias obras como hoja de perejil si se da el caso.

Es por eso que la entrevista que JMV le hizo a Azpiri a través de El Mundo del Spectrum resulta tan especial e interesante. Por eso y por varias cosas más, porque para empezar es un dialogo “entre colegas”. Y no ya porque Azpiri se muestre en todo momento como un tipo cercano y afable, que lo es, sino porque JMV también es dibujante de comics además de arquitecto. Esto permite al autor de la entrevista centrarse en detalles sobre la biografía y la metodología de trabajo de Azpiri que no están presentes en entrevistas anteriores y son poco conocidos por los fans del videojuego clásico, al punto de que la conversación suele irse por derroteros ajenos al mundo de los videojuegos aunque, por lógica, siempre se note su presencia. Porque al tito Alfonso no le importa reconocer que les debe mucho. Les está agradecido, y se nota.

Escúchalo pinchando aquí.

2 thoughts on “Creadores de trazos”
  1. Da gusto escuchar a Azpiri… pero el cara a cara es diferente… es una leyenda y la distancia se «masca» al tenerlo al lado… sobretodo cuando te dedica un comic con un dibujo que no sabes ni que leches es… ^_^, aun asi… es todo un crack

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.