El Amstrad CPC cumple treinta años este mes de abril. Y como suele ocurrir en casos así, no veo mejor forma de celebrarlo que disfrutar con una selección de su numerosa programateca, ya estuviese destinada al modelo normal a su variante más bizarra…
httpv://youtu.be/u9qozO4BrdU
…y con un poco de buena música:
httpv://youtu.be/nafpTCRxvkA
Aunque fue el último de los “cuatro grandes” (Spectrum, C-64, MSX y el propio CPC) en llegar y lo hizo en un ámbito ya muy saturado de competidores (a los ya citados se sumaban los producidos por marcas como Thompson, Oric o Dragon Electronics), el CPC no tardó en hacerse con una parte sustanciosa del pastel que representaba el mercado europeo de ordenadores domésticos, pequeño en comparación al de Estados Unidos o Japón, pero no por ello carente de importancia.
Como más tarde sucedería en el caso del Spectrum +2, Alan Sugar demostró que era un vendedor nato y hasta el final de los años ochenta logró colocar más de tres millones de su Colour Personal Computer, un ordenador desarrollado a la carrera pero que resultó estar bien planteado como tal y mejor fabricado, con unos índices de calidad y robustez poco habituales en aquel entonces. Francia se convertiría en el “fortín” de la máquina y fue allí donde dos empresas creadas un año antes de la llegada del CPC, Loriciels e Infogrames, se especializarían en él y serían responsables de algunos de sus mejores juegos.
httpv://www.youtube.com/watch?v=vkVe-3uJd3w
No sorprende pues que el Amstrad siga teniendo una nutrida comunidad de admiradores, capaces de exprimirlo hasta límites insospechados. Ya sólo nos queda desearle un feliz cumpleaños, porque a buen seguro cumplirá muchos más.