Cantaba George Michael en Praying for Time (quizás uno de sus mejores temas, con una letra cargada de muy mala milk) que la caridad es un abrigo que nos ponemos dos veces al año. Bien, pues ya tenemos aquí una de ellas. Aunque la Navidad comience oficialmente el día 24 de diciembre, en Nochebuena, extraoficialmente, en España al menos, comienza el 22 con la celebración del tradicional sorteo de la lotería de Navidad. Ya puestos, decir que no me ha tocado una puta mierda. Ni siquiera una pedrea No me gustan los juegos de azar y por fortuna (o a causa de ello, que también podría ser) no tengo que maldecir mi suerte; porque únicamente juego dos décimos: el del curro, porque ya me valdría que le tocase la lotería a los compas de la oficina y a mí no, y el que me regala la suegra. En fin, que tendré que seguir trabajando para pagar las facturas, por lo menos durante un año más.
¡¡El trabajo dignifica!! (DIJO EL CONSEJERO DELEGADO).
Siempre me ha llamado poderosamente la atención que se celebre con un obsceno despilfarro el nacimiento de un tipo que pregonaba la pobreza material por encima de todo, pero es lo que hay. Nuestros lectores más veteranos seguramente recordarán que no es la primera vez que dejo claro que no me molan las Navidades, pero lo cortés no quita lo valiente: son muchas las personas que miran más allá de lo material y que encuentran algo bonito para celebrar en estas fechas, y muchas las que las aprovechan como excusa para reunirse y pasar un rato agradable y divertido. Eso es algo que hay que tener en cuenta y hay que respetar, vamos digo yo.
Por eso, desde El Spectrum Hoy quiero desear una feliz Navidad a todos aquellos que lo crean conveniente, esperando que se lo pasen bien, que follen mucho, que reciban un porrón de regalos (carbón también. Del dulce, que mola mil) y destrocen a gusto su hígado con toneladas de champán, esto último siempre y cuando no les toque conducir. Que esa es otra: gilipolleces las justas, oigan.
Os dejo con una típica tonadilla navideña. Dsifrutadla: