Hablar de Bruce Lee para referirse a un mito es algo que a todas luces sobra, tanto si es en relación al personaje como si es respecto al videojuego que apadrinó con su nombre en 1984. Esto último siempre me sorprendió, pero el caso es que ahí tenemos al Bruce Lee videojuego, convertido en un referente para los aficionados al retrogaming. Tanto que que a lo largo de esta segunda década el siglo XXI que ya está cerca de concluir se han lanzado al menos dos versiones que lo «reinterpretaban» cada cual a su manera, por ejemplo añadiendo un enemigo extra como fue el caso de Bruce Lee +
Y también es el caso de la nueva versión RX. Así nombrada parece que nos estemos refiriendo a la versión especial de un modelo de coche, pero no: se trata ni más ni menos que de Bruce Lee RX, versión gráficamente reestilizada del juego original. Lo que podríamos llamar un restyling, una modificación del aspecto externo, usando lenguaje propio de las revistas de coches para definirlo en pocas palabras.
Queda claro que no estamos aquí para emitir un veredicto sobre Bruce Lee como juego, sino para hacerlo sobre el lavado de cara al que lo ha sometido Allan Turvey. Y este no puede ser más favorable: Bruce Lee RX es el Bruce Lee que debió haber salido para Spectrum, allá por los últimos compases de 1984 o los primeros de 1985. Tampoco es que los gráficos del original fuesen malos, pero los de esta nueva versión implican una mejora sustancial, que visualmente hablando permite al juego ganar atractivo. Turvey no sólo ha remozado completamente los gráficos sino también la pantalla de carga, el aspecto del menú inicial y hasta la música, que por cómo suena evoca el estilo presente en buena parte de los lanzamientos que Ocean Software efectuaba durante la primera mitad de los ochenta para el Spectrum.
Por lo demás Bruce Lee RX sigue siendo el mismo Bruce Lee que todos conocemos. No cambian los sonidos durante la partida ni la forma de jugar, por lo que se entiende que continúa siendo uno de los videojuegos más fáciles de acabar en toda la historia. Sirva como ejemplo que yo mismo me pasé este RX cinco veces seguidas en la misma partida, para probarlo antes de escribir este artículo. Todo mientras charlaba con la novia, veía la tele y repartía golosinas de pollo entre mis tres gatos. Siendo hombre (y por tanto monotarea), esto nos da una idea respecto a lo fácil que es el juego, algo que supone una virtud y al mismo tiempo un defecto.
Por eso mismo Turvey se ha puesto manos a la obra con una nueva versión del juego que él denomina Dragon Edition y que espera tener lista lo antes posible. En ella «recalibrará» la dificultad a lo alto y añadirá otros cambios, con la colaboración del autor de Bruce Lee + y del grafista ruso Evgeniy Rogulin, que trabajó en el espléndido Mighty Final Fight. Veremos cómo queda, ganas no faltan.