Que nadie se alarme. Incluido usted, que ha llegado a esta Santa Web rebotado de Google mientras buscaba vaya a saber qué (¿porno? Porque ya se sabe que Internet es para el porno, incluso en sus formas más depravadas y retorcidas).
Aquí no estamos para opinar de temas políticos y ni mucho menos sobre el personaje titular del articulo y/o su entorno (opinar sobre uno lleva casi impepinablemente a hacerlo sobre el resto). Eso es algo que ya hizo en su momento, y muy bien además, Manolo Kabezabolo:
O los A Palo Seko, aunque ellos, lamentablemente, errasen vaticinando el futuro:
Si por casualidad es usted José María Aznar en persona entonces está de enhorabuena, porque su ego desmedido va a recibir el impulso definitivo gracias a este texto que anuncia nada menos que el lanzamiento de un videojuego en el que Aznar es protagonista único e indiscutible, quedando retratado además como héroe deportivo al nivel de Nerón y de aquellos Juegos Olímpicos amañados donde (huelga decir) ganó sin despeinarse.
Bueno, al mismo nivel no. Dejando aparte que Nerón no fue tan mal gobernante después de todo (él usó mentiras sólo para prender fuego a una ciudad, mientras que Aznar las usó para incendiar un país entero), en Aznar, the Sport Star no cabe el uso de trucos a la hora de finalizar con éxito las cinco pruebas atléticas que nos propone; cuatro en el estadio (100 metros lisos, 800, salto de longitud y lanzamiento de jabalina) y una en la piscina (50 metros libres). Superando las marcas mínimas a lo largo de tres rondas consecutivas, José Mari tendrá ocasión de reivindicarse como el superhéroe que siempre fue. Igual que Superlópez, bigote incluido.
JAN el Visionario. JAN el Grande, en resumen.
Tan divertida gamberrada se le ha ocurrido a IvanBasic, quien se dio a conocer como autor de Rompetechos, juego que tenía la particularidad de estar hecho íntegramente en lenguaje BASIC, utilizado a un nivel tan alto que casi parecía haber sido programado en el código máquina propio de un juego comercial. Aznar, the Sport Star hereda de aquel muchas de sus virtudes comenzando por la simpatía con la que está diseñado el personaje central, que sale a competir en traje salvo cuando le toca meterse en el agua. No cabría esperar menos de un presumido que, junto a sus acólitos, dio buena cuenta de las existencias españolas de gomina mientras fue presidente.
Con la descripción del juego antes dada y viendo algunas imágenes suyas, muchos fans del Spectrum pensarán que estamos ante a una revisión en plan vándalo del Decathlon o el Hyper Sports, y no es el caso. O al menos no del todo, pues como el autor puntualiza en las instrucciones esto no es un machacateclas. Aquí lo de aporrear el teclado como un poseso para romper el crono (y de paso el teclado mismo, si se da la ocasión) no vale para nada. La cosa recuerda más bien a los videojuegos deportivos Epyx, coetáneos de los antes citados pero en los que el maltrato al teclado para obtener buenas marcas era tabú, y se sustituía por la pulsación acompasada y a su debido tiempo de una serie de teclas.
Semper triumpho.
De eso va Aznar, the Sport Star y ahí reside su dificultad, pues las dos teclas que permiten al egregio expresidente español correr como el viento han de ser pulsadas del modo correcto, siguiendo una cadencia que no es fácil determinar en las primeras partidas. Por eso cabe la posibilidad de prepararse en un centro de entrenamiento (el escenario cambia respecto a los habituales, lo que nos da una idea sobre el nivel de detalle del juego), pero aun así llegar al final de la competición se antoja como un imposible. Ello se debe a la prueba de natación, que el propio IvanBasic reconoce como «muy difícil» hasta niveles frustrantes. Recuerda a cuando uno intentaba comprarse un piso durante la burbuja inmobiliaria que Aznar auspició.
Entrenando para dejar a Bob Beamon al nivel del betún.
Pero total, a pesar de eso y de otros fallos menores (el movimiento es algo tosco en forma y respuesta, pero eso apunta más bien a defectos congénitos del BASIC Sinclair) Aznar, the Sport Star mola mil y destila mala milk tras su fachada simpática. Realizado con ocasión del concurso de juegos en BASIC organizado por la web Bytemaniacos, se puede descargar junto al resto de participantes. Todos ellos rayan a gran nivel, demostrando cuán vivo sigue el Spectum a día de hoy, incluso a la hora de programarlo en un lenguaje carpetovetónico. Pero como este juego no hay ninguno, eso seguro.