Recientemente, y después de pasado mucho tiempo desde la última vez, he releído A golpe de pedal, biografía de Pedro Delgado escrita por el periodista deportivo Julián Redondo al dictado del ciclista segoviano. Sin ser ni mucho menos una joya literaria, el libro resulta muy ameno incluso para los no aficionados; se lee de un tirón y está repleto de anécdotas divertidas, algunas de las cuales hacen que te partas de risa. Pero si para algo sirve este libro es para darse cuenta de lo mucho que ha cambiado el ciclismo durante los últimos 25 o 30 años. En todos los aspectos. El propio Perico comenta en un capítulo que, incluso mientras se entrenaba, había ocasiones en que la gente se echaba a la calle para animarle y ofrecerle comida y bebida. Yo mismo viví algún episodio parecido como ciclista aficionado. Hoy el ciclismo de competición está totalmente desacreditado, sobrevive de mala manera, y quienes lo practican han pasado de héroes a villanos llegando en más de un caso a ocultar su condición a los demás, procurando que ésta pase lo más desapercibida posible. Tal es el grado de desprestigio que padece entre la ciudadanía este maravilloso y esforzado deporte.
En el campo de los videojuegos también ha ocurrido algo parecido: a mediados de los años 80, el ciclismo gozaba de un alto grado de popularidad y respetabilidad social, merced sobre todo a las retransmisiones en directo por TV. En 1989 era en España el deporte de moda y Pedro Delgado, ganador del Tour el año anterior, su máximo exponente a nivel mundial. Por eso se armó un revuelo enorme entre los “jugones” al conocerse que Perico Delgado maillot amarillo estaba en marcha. Aquellos fueron tiempos de juegos deportivos patrocinados por grandes estrellas del deporte, hasta el punto que cuesta recordar alguno que no lleve la “coletilla” del nombre de un deportista famoso. Muchos tuvieron además un nivel de calidad muy aceptable así que merced a los antecedentes, el gran momento del software español y a las fotos, muchos aficionados al ciclismo esperábamos un título a la altura del carismático e imprevisible Perico.
Lógicamente nadie esperaba el juego de ciclismo definitivo, sobre todo tras algunos fiascos como Milk Race o Tour de France (este último producido por Activision en exclusiva para el C-64); pero para los que esperábamos un juego con cierta carga de estrategia resultó decepcionante encontrarse con poco más que un arcade de aporrear teclas. Sin embargo tampoco nos engañemos: el planteamiento del juego resultó ser de lo más acertado (algo como Pro Cycling Tour habría sido totalmente inviable en esa época, mucho menos en un Spectrum). La consecuencia fue un juego con un nivel de calidad fuera de toda duda.y muy divertido, sobre todo cuando participaban varias personas.
Eran otras épocas. Luego llegarían Tour 91, la explosión de la “Indurainmanía” y el fin de los tiempos gloriosos para el ciclismo, con el fantasma del dopaje y las sucesivas ediciones del Pro Cycling que no interesan a nadie. Pero ésa es otra historia.