Lo del mundo de las apps para Android ya lo hemos comentado otras veces por aquí, y por tanto no voy a reincidir sobre lo proceloso del mismo y, por añadidura, lo difícil que resulta estar al tanto de todas las novedades surgidas en torno a él. Más que difícil directamente imposible, incluso en lo relativo al Spectrum y otros cacharros clásicos, en torno a los cuales surgen continuamente aplicaciones cuya calidad oscila entre lo mediocre y lo directamente infumable, salpicándose todo con alguna que otra cosilla interesante y poco (muy poco a decir verdad) que merezca destacarse. De todos modos no creo perder el tiempo cuando de vez en cuando me da por meter las narices en la cosa esa del Play Store buscando algo que pueda valer la pena y, de paso, llenar de mierda mi teléfono móvil.
8 Bit Music se ahorquilla justo entre lo interesante y lo destacable, porque si bien no estamos ante la primera aplicación para dispositivos móviles que le hace un guiño musical a los viejos rockeros del videojuego, sí que estamos (que yo sepa) ante la primera que reserva un hueco al Spectrum. En concreto uno de los 50 que permiten escuchar todo tipo de música ochobitera extraída de sistemas como la NES o la primera hornada de consolas Sega. Y ahí reside su principal punto débil para los seguidores del Spectrum, porque se trata de un hueco pequeñito que hasta los propios autores de la app ningunean, al punto de que ni siquiera hacen mención a él en la página del producto.
Para colmo, la música que podemos escuchar es chiptune actual compuesto con el chip AY del Spectrum 128; nada de música de videojuegos clásicos del Spectrum (al menos durante las varias horas en que he mantenido «sintonizada» la radio hasta hoy) y en relación al Spectrum de 48 Kb nada de nada: ni está ni se le espera. Olvidaros por tanto de rememorar las soberbias melodías creadas a golpe de beeper para juegos como Fairlight, Gyroscope o Stardust. Quienes deseen hacerlo mientras pasan las horas en los atascos nuestros de cada día, deberán hacerle otro guiño a los años ochenta y grabarlas en un CD tras extraer el audio de Internet o de los propios juegos. No sería nada nuevo, insisto: en tiempos yo tuve una o dos casetes con música grabada directamente de mi Spectrum para escuchar en un walkman, de esos que no tenían ni botón para rebobinar. Por establecer una comparación, los fans del Commodore 64 no tendrán ese problema con 8 Bit Music porque en su canal la música de videojuegos clásicos sí que tiene el peso que ha de tener.
Emepetressus Antecessor.
Aunque el mencionado ninguneo al Spectrum suponga un agravio y una mancha evidente para esta aplicación, 8 Bit Music tiene más puntos a favor que en contra, y merece ser tenida en cuenta salvo que uno sea talifán cerril del Spectrum y se niegue a escuchar música de otros sistemas. Ni que decir tiene que los 50 canales disponibles cubren un amplio abanico de gustos, que además podremos disfrutar con buena calidad de audio. La aplicación en sí es muy fácil de usar, pero lo más importante de todo es que es gratuita. A cambio de esto último hay que soportar algo de publicidad, pero su presencia resulta bastante tolerable.
En resumen, vale la pena probar 8 Bit Music con sus luces y sombras. Ofrece más que otras apps del mismo estilo que he podido probar, y además a cambio de nada (o casi). Desgraciadamente apenas cumple los deseos que todo buen aficionado al Spectrum esperaría de ella. Es un primer paso, pero tendremos que seguir esperando a una «radio Spectrum» de verdad.