El 7 de abril de 2011 se habrán cumplido veinticinco años de un acontecimiento que marcó un antes y un después en la historia de Sinclair y de nuestro querido Spectrum: ese día de 1986 se anunció al mundo la absorción de la compañía por parte de Amstrad. En el transcurso de una deprimente rueda de prensa, un Sir Clive serio y compungido (no era para menos) asistía en primera fila a sus últimos momentos como empresario de altos vuelos mientras su otrora enemigo, ahora dueño del conglomerado informático más poderoso de Europa, daba cuenta de los términos del acuerdo.

Famosa fotografía de Tito Clive y tito Sugar durante la mencionada rueda de prensa. La cara del primero lo dice todo…

Aunque un suceso de tal índole se veía venir desde hacía tiempo a causa de los endémicos problemas financieros de Sinclair (ya antes se había producido un intento de compra por parte del magnate de la prensa Robert Maxwell), no por ello dejó de sorprender al anunciarse “de un día para otro” y por los términos del mismo, que prácticamente suponían la desaparición de Sinclair Research como entidad empresarial. Pero más sorprendente si cabe es la poca repercusión que tuvo la noticia en los medios especializados de la época (al menos en España), sobre todo teniendo en cuenta sus consecuencias presentes y futuras. La revista Microhobby, por ejemplo, sólo le dedicaba una página en la que, en un tono ingenuamente optimista, se mostraban esperanzados con la nueva era que se abría ante la “fusión”. Más realistas, empero, se mostraban los chicos de ZX, quienes se preguntaban en tono lúgubre por el futuro de Investrónica y de la propia Sinclair.

Revista ZX, mayo de 1986: así vio el gran José Carlos Tomás la venta de Sinclair a Amstrad.

Analizando el acontecimiento desde la perspectiva que otorga el paso de todos estos años, queda claro que supuso un vuelco radical en el mercado europeo de ordenadores domésticos. A partir de ese aciago 7 de abril el futuro de Sinclair estaba cantado; y más desde que el QL fuese finiquitado, cesando su producción y trasladando toda la manufactura de la empresa a las fábricas de Amstrad en Taiwan. Quienes alguna vez pudieron pensar que la marca Sinclair sobreviviría más allá del Spectrum sólo hubieron de esperar a la salida al mercado del infausto PC-200, curiosamente hoy convertido en una cotizada máquina de culto. Ya para entonces todos los ordenadores (perdón, Spectrums) fabricados eran poco más que Amstrad cambiados de nombre.

Se cumple un cuarto de siglo del acontecimiento que removió los cimientos de nuestro mundillo y lo puso patas arriba y del revés. Pocos lo mencionarán, al igual que ha venido ocurriendo desde siempre. Tal vez porque se trata de un hecho triste que a nadie gustará recordar, el cual volvió a poner en evidencia la escasa habilidad como empresario del soñador Clive, obcecado en triunfar en un mundo pensado antes para gente pragmática y despiadada. Lo cierto es que muy pocos nos llegamos a enterar de ello en su momento, y hasta en revistas tan sesudas como ZX, que meses atrás habían llenado páginas con el tema de Robert Maxwell, la noticia se pasó de un tapadillo tal que a casi nadie llamó la atención. Quienes sólo leían publicaciones exclusivamente centradas en los videojuegos tardaron incluso años en enterarse de lo que había pasado. El caso es que aquel lejano 7 de Abril del 86, dos hombres hechos a sí mismos con una voluntad de hierro firmaron la defunción de una de las aventuras más entrañables y sorprendentes en la historia de la informática.

Tras la venta, hubo gente que pronosticó un futuro muy negro para Sir Clive. Obviamente se equivocaban.

8 thoughts on “¿Dónde estabas el 7 de abril de 1986?”
  1. Excelente reseña!!!

    Off-Topic: ¿podrías hacer una nota sobre los Screensavers de ZX-Spectrum?

    Saludos!

    Zapato.

  2. Zapato: Gracias. Y respecto a lo de los screensavers esos ahora no sé a qué te refieres. Si quieres dame alguna indicación y miro si le podemos sacar jugo en la web.

  3. Buen artículo as usual. Si nos creemos al Clive de la película Micro Men, soñador sí, pero borde y cabezón también, lo que le llevó a alguna decisión equivocada.

    Me has recordado la existencia del PC200, hace años lo encontré completito al lado de un contenedor y le saqué 150€ en ebay. ¡Para comprar más retro, eso sí! (en mi caso, suele interesarme sólo la informática que viví, nunca había oído de éste)

  4. Zapato: Gracias por todo. El tema de los screensavers mola.

    Les echaré un viatazo cuando pueda, que ahora escribo desde el tajo 😉

    Tobi: Gracias igualmente. El engendro del PC-200 no es más que un Amstrad PC20 cambiado de nombre, surgido cuando el propio PC20 ya estaba claramente superado por la competencia. En este caso, añadir otro cero a la denominación del chisme no sirvió más que para reafirmar su indudable chusquez :p

  5. Amstrad le quitó romanticismo al Spectrum (los fans de Sinclair como yo llamamos a los Spectrums +2,+2A +3 los Sinclair’s bastardos) y le introdujo racionalidad al introducir algunas carencias incomprensibles como el port de Joystick y un teclado «decente», o sea hizo un mejor ordenador para jugar, pero anulo cualquier avance tecnologico a parte del uso de discos, que podría haber introducido Sir Clive que era un mal empresario (un poco excentrico) pero un tècnico, cosa que Sir Alan Sugar no era.

    Lo peor fué el caso del QL, que era una maquina muy mal aprovechada pero muy superior técnicamente a cualquier producto Amstrad de la fecha, si Sugar hubiera aprovechado con un marketing adecuado el QL y hubiera hecho lo que hizo con el Spectrum (teclado mejor y disco) hubieramos podido tener a lo mejor un producto parecido a Apple Macintosh.

    Pero claro, el QL significaba una competencia a sus Amstrad PCW, por lo que lo «asesino» de la forma más rastrera.

    En cuanto a lo que dice Tobisham que Sir Clive era (según MicroMen) soñador borde y cabezón, es posible que sea así, pero, por ejemplo Steve Jobs dicen que era tan borde y cabezón o más que Sinclair, sólo que Jobs al final tuvo éxito con Apple cuando volvió a la misma (antes había arruinado varios productos Apple por sus excentricidades (Apple III), Macintosh Original (con 128K que tuvieron que ampliar enseguida) o NeXT.

  6. Alan Sugar es, ante todo, un hombre pragmático. Y tenía muy claro lo que quería cuando se hizo cargo de Sinclair Research. Los ordenadores comercializados por la empresa a partir del +2 eran estupendos, aunque carecían del carisma y el aire simpático de los modelos anteriores. Lo del QL es una tragedia.

    Respecto a Steve Jobs, su verdadero problema era que no se duchaba. Por lo demás era un vendedor excelente, no un innovador. Todo lo contrario que el Tío Clive.

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